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Unos 700 comensales de izquierda se reunieron en Minería para actuar por el cambio

La tercera comida de Gula devino en progresión fraterna de olor, color y sabor
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Gastrónomos Unidos por la Libertad y el Arte (Gula) posan para una foto de familia tras la Tercera Comida Histórica de la Izquierda Mexicana, este sábado en el Palacio de Minería. De izquierda a derecha: Roberto González, Mohamed Mazeh, Francisco Santoyana, no identificado, Enrique de la Mora, José Amorós, Leonardo de la Sierra y Osvaldo CaldúFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de abril de 2012, p. 13

Por lo que se ve, esta tarde de sábado en el patio central del Palacio de Minería, todo cabe en la izquierda sabiéndolo acomodar.

Es la Tercera Comida Histórica de la Izquierda Mexicana, organizada por los integrantes del colectivo Gastrónomos Unidos por la Libertad y el Arte (Gula), también conocidos como los guleros (con g). A la vista, la reunión de alrededor de 700 comensales es como el abigarrado platillo de un chef que mezcla los sabores, los olores y las texturas más contrastantes; que revuelve lo dulce con lo amargo, lo agrio con lo salado, el agua con el aceite. No corresponde al cronista decir cuál es el resultado de tan audaz maridaje.

La invitación dice que el propósito de la comida es fomentar la confraternidad de las fuerzas progresistas del país, subrayando ante todo las coincidencias que nos unen, para actuar en favor del cambio que el pueblo reclama. En ese sentido, la convocatoria es lo más amplia posible, incluyendo individuos, organizaciones sociales, partidos políticos y toda clase de instrumentos de lucha democrática, sin otra pretensión que recordar quiénes somos y por qué luchamos, nuestra historia y nuestra herencia.

La vida o la libertad

Por eso en la reunión caben algunos protagonistas de aquellas luchas en las que se jugaba la vida o la libertad, como el líder estudiantil del 68 Raúl Álvarez Garín y el hoy senador Pablo Gómez; cabe el actual candidato del Movimiento Progresista a la jefatura del gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que cosecha aplausos y reparte besos y sonrisas; cabe el boxeador Rubén El Púas Olivares, quien saborea los recuerdos de su gloria como campeón de peso gallo mientras levanta la mano izquierda de Mancera al tiempo que dice: Ésta es la buena; cabe el cantante y compositor Guillermo Briseño, cuya música ha acompañado durante décadas incontables luchas y movimientos sociales y artísticos; cabe Chepina Paralta, pionera en hacer programas de cocina por televisión e integrada a grupo Gula.

Cabe también el director de Discos Pentagrama, Modesto López, quien tanto ha hecho por la conservación y difusión de la música popular tradicional de este país; cabe la bonhomía de Valery Morósov, embajador de Rusia en México, y cabe el actor Ausencio Cruz, quien hace de maestro de ceremonias y cabe Purificación Carpinteyro, ex funciuonaria del gobierno de Felipe Calderón y ahora candidata a diputada federal por el Partido de la Revolución Democrática, y cabe Inti Muñoz, ex diputado y ahora director general del Fideicomiso del Centro Histórico.

En otra mesa destaca la presencia de la historiadora Alejandra Moreno Toscano, autoridad del Centro Histórico de la ciudad de México, cuya intervención fue fundamental para que este año la Comida de la Izquierda fuera posible. Y en ese tumulto multicolor de miembros de la izquierda cultural, académica, política, parlamentaria, progresista, gastronómica, vieja, nueva, de ocasión y hasta de clóset, merece mención aparte Manuela Garín, profesora de matemáticas en la antigua escuela de ingeniería que se encontraba en el lugar donde este sábado se realizó la comida, y donde dio clases a dos referentes históricos de la izquierda mexicana: los ingenieros Heberto Castillo Martínez, ya difunto, y a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

El único discurso de la reunión lo ofrece, en nombre de Gula, Roberto González Guzmán, quien recuerda a los comensales que está prohibido comerse unos a otros, que en las mesas se podrán hacer frentes y coaliciones sólo para atacar el buffete, que nadie sirva a nadie y nadie se sirva de nadie.

González, propietario de la Fonda San Ángel, volvió a dejar claro, como en la primera comida, efectuada en 2004, que sólo se trataba de propiciar mediante un encuentro gastronómico, un momento de fraternidad entre las distintas vertientes de la izquierda mexicana: No se trata de una comida con fines políticos de ninguna índole.

Entre los miembros de Gula, estuvieron la propia Chepina Peralta, Osvaldo Caldú, Mohamed Mazeh, José Amorós, Enrique de la Mora, Leonardo de la Sierra, aunque se extrañó a Tito Briz, uno de los principalesa convocantes y propietario de El Cardenal, quien por razones familiares no pudo asistir.

A las seis y media de la tarde se dio por terminada esta tercera Comida Histórica de la Izquierda Mexicana.