Domingo 22 de abril de 2012, p. 4
La Brigada Blanca estaba integrada por los diferentes jefes de las policías
: Judicial del Distrito Federal, Salomón Tanús; Servicio Secreto, Francisco Sahagún Baca; Militar, Francisco Quiroz Hermosillo; Judicial Militar, Mario Arturo Acosta Chaparro, y Dirección Federal de Seguridad, Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nazar Haro. Su objetivo era investigar y localizar por todos los medios a los integrantes de la llamada Liga Comunista 23 de Septiembre, grupo de delincuentes que asesinan, secuestran y cometen otros actos de terrorismo en forma antipatriótica
.
Documentos de las secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de Gobernación en poder de La Jornada dan cuenta de que ese grupo estaba formado por 240 hombres como tropa, y todas las corporaciones de policía contaban con instalaciones en el Campo Militar número Uno.
En su plan de operaciones se da cuenta de que la llamada oficialmente Brigada Especial (pero conocida como Brigada Blanca) tenía la siguiente estructura civil y militar: Luis de la Barreda Moreno, director de la Federal de Seguridad; responsable de la Comisión de Seguridad, Miguel Nazar Haro; jefe del departamento jurídico, Alfonso Cabrera Morales; coordinador general de la comisión y responsable de las operaciones, Francisco Quiroz Hermosillo, comandante del segundo batallón de la Policía Militar; jefe del Estado Mayor, Mario Arturo Acosta Chaparro Escapite –de él dependían las jefaturas regionales y operativas, en las que se encontraban personajes como Salomón Tanús y Francisco Sahagún Baca.
Estos últimos fueron comandantes del temible Servicio Secreto y de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD). Trabajaron al lado de Arturo El Negro Durazo Moreno. Por ello, en 1976 la Brigada Blanca comenzó un rastreo permanente
de los integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre en el Distrito Federal y el estado de México.
Para combatir al grupo guerrillero en la capital, el gobierno desplegó helicópteros, un grupo especializado en desactivación de explosivos, comunicaciones y acciones especiales
(expertos tiradores de precisión, personal con manejo sicológico), y convirtió los separos que estaban en instalaciones de la DIPD en centros de tortura.
Respecto de la importancia de las acciones contrainsurgentes que desempeñó Acosta Chaparro –asesinado el viernes pasado en la colonia Anáhuac, en la ciudad de México–, la historiadora Ángeles Magdaleno Cárdenas señala: “Tuvo un papel muy importante en todo el país, porque participó en la Brigada Blanca. Más en Guerrero, donde llegó a ser el jefe de todas las corporaciones de policía, bajo el auspicio del gobernador Rubén Figueroa Figueroa.
“En Guerrero, Acosta Chaparro tenía mayor incidencia. Allí actuó en operaciones conjuntas con el Ejército y diferentes corporaciones en la detención de personas vinculadas con el movimiento de Lucio Cabañas.
“El general Francisco Quiroz Hermosillo y Acosta Chaparro tienen un papel central en el diseño de la Brigada Blanca, que se crea en respuesta a la Brigada Roja de la Liga Comunista 23 de Septiembre y luego de los asesinatos de los empresarios Eugenio Garza Sada, líder del grupo Monterrey; Fernando Aranguren, presidente de la Coparmex en Jalisco, y de la empresaria Margarita Saad Valenciano, quien fue plagiada en Guerrero.
Cuando la clase política y el Estado se dan cuenta de que están tocando a los empresarios, entonces deciden actuar. Mientras fueran activistas o personas metidas en la guerrilla la cosa no era grave, pero en el momento en que los grupos armados tocaron a la élite fue el principio del fin de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
En 1981 el jefe de Tránsito en el puerto de Acapulco era Adrián Carrera Fuentes, quien llegó a ser jefe de la Policía Judicial Federal en 1994 y uno de los hombres que fueron juzgados entre 1997 y 2006, al igual que Acosta Chaparro, por sus nexos con Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, líder del cártel de Juárez. Acosta Chaparro fue exonerado y Carrera Fuentes se convirtió en testigo protegido de la Procuraduría General de la República.
En 1983, en Guerrero, el jefe de la 27 Zona Militar era el general José Hernández Toledo, quien dirigió las tropas el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas y tras recibir un tiro comenzó la masacre. Acosta Chaparro continuó operando con la Brigada Blanca, señalan documentos de la Dirección Federal de Seguridad que se encuentran en el Archivo General de la Nación.