Las polémicas críticas de Günter Grass siguen enfureciendo en Israel: el primer ministro Benjamin Netanyahu las comparó ahora con la campaña de difamación a los judíos lanzada por el régimen nazi en tiempos del Holocausto, según informó ayer un despacho de Dpa.

El poema Lo que hay que decir, en el que Grass acusó hace dos semanas a Israel de ser una amenaza para la paz mundial, es un escándalo absoluto, dijo Netanyahu en una entrevista que publica mañana el dominical alemán Welt am Sonntag.

Que provenga de un premio Nobel de Literatura alemán, y no de un adolescente neonazi, resulta aún más indignante.

El autor estableció con sus palabras una perfecta inversión moral, donde el agresor se convierte en víctima y la víctima en agresor. Quienes coincidan con lo que dice Günter Grass sobre el Estado judío deberían preguntarse si no habrían coincidido también con las infamias contras los judíos en tiempos del Holocausto. Es la pregunta que deben hacerse los alemanes.

El poema de Grass provocó una ola de críticas en Alemania y en Israel, que respondió declarándolo persona non grata y prohibiéndole el ingreso al país.

Por otra parte, en días pasados el periodista, escritor y activista judío Uri Avnery publicó un artículo en el que defiende de manera abierta a Grass de los ataques de que ha sido blanco por parte de políticos y comentaristas israelíes y alemanes a partir de dicho poema

El feroz contrataque se ha centrado casi por completo en el axioma de que un alemán no tiene derecho a criticar a Israel bajo ninguna circunstancia, señaló el también ex parlamentario israelí, cuyo artículo, traducido al español, fue retomado por la página web Rebelión.org.

El texto (del Premio Nobel de Literatura alemán) puede y debe ser criticado, pero no hay nada en él que merezca una condena severa, sostuvo Avnery.

“No veo ninguna razón que impida a los alemanes criticar a Israel. No hay nada en este texto que deslegitime al Estado de Israel. Al contrario, Grass proclama su solidaridad con Israel. Menciona explícitamente el Holocausto como crimen indeleble. También llama a los iraníes ‘pueblo esclavizado por un bocazas’.”

De acuerdo con el activista, el autor alemán deplora que nadie en Alemania (ni en el mundo Occidental) se atreva siquiera a mencionar que Israel posee armamento nuclear, y que esté prácticamente prohibido mencionar el nombre de ese país en este contexto.