Bagdad, 20 de abril. El Estado Islámico de Irak (ISI), una de las varias organizaciones armadas vinculadas a Al Qaeda, se atribuyó este viernes la responsabilidad de los atentados coordinados con bomba perpetrados el jueves en siete provincias y más de una decena de ciudades del país, y que dejaron un saldo de más de 40 muertos y 170 heridos.

Los ataques fueron lanzados en respuesta a la campaña de detenciones, tortura, asedio y confiscación de tierras en las zonas sunitas, sobre todo en Bagdad y sus suburbios, señaló la agrupación en un comunicado emitido en la página de Internet yihadista Honein, y advirtió que habrá más ataques en los próximos días.

Añadió: una parte de los esfuerzos de seguridad y militares del Estado islámico se movilizó para una nueva oleada de ataques, que describió como otro jueves sangriento contra apóstatas y en operaciones simultáneas contra servicios de seguridad y del Ejército.

Las acciones, hasta que Dios elija

El grupo afirmó que esto es sólo el inicio de otras acciones hasta que Dios elija entre nosotros y los chíitas.

El ISI se adjudicó el mes pasado otra decena de ataques que dejaron unos 52 muertos y más de 200 heridos en todo el país, poco antes de una cumbre de la Liga Árabe en Bagdad.

ISI y otros insurgentes musulmanes sunitas han dicho en otras ocasiones que no dejarán las armas pese al retiro de tropas estadunidenses en diciembre pasado, y que seguirá la lucha contra el gobierno de coalición iraquí, encabezado por chíitas al frente del primer ministro Nuri Maliki.

Las tensiones han crecido en una frágil alianza de gobierno entre chíitas, sunitas y kurdos, en medio de temores de un nuevo estallido de violencia sectaria como la que llevó a Irak al borde de la guerra civil entre 2006 y 2007. El país es menos violento ahora, pero ocurren ataques y asesinatos a diario, a menudo contra áreas chíitas y fuerzas de seguridad locales.

Kirkuk, hogar de árabes, kurdos, turcomanos y otros, también está en el centro de una larga disputa entre el gobierno central y la región autónoma kurda, que reclama la ciudad y las ricas reservas petroleras de la región.

La división entre Bagdad y los kurdos empeoró recientemente cuando la autoridad regional de Kurdistán anunció que detendría las exportaciones de petróleo, debido a que el gobierno central no ha pagado a las firmas petroleras que operan en el norte.