El gobierno de España podrá estudiar y tomar todas las medidas que considere pertinentes, pero la decisión de Argentina de expropiar a la firma Repsol su empresa filial YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) es una determinación soberana, sostuvo ayer la embajadora de este país en México, Patricia Vaca Narvaja.

Aseguró que no es cierto que la medida vaya a alejar las inversiones hacia la economía argentina; todo lo contrario, va a haber más, porque la trasnacional estaba taponeando los proyectos.

A partir del anuncio de la nacionalización de la petrolera incluso se han acercado otras empresas del ramo de los hidrocarburos a manifestar su interés en incorporarse e invertir en el sector, ya que se abre la posibilidad en rubros como la exploración de yacimientos de gas y otros. Lo que estaba sucediendo es que Repsol no estaba gestionando ningún nuevo proyecto, “no estaba invirtiendo.

Repsol estaba taponeando la posibilidad de desarrollo del país, porque lo que le interesaba no era mayor producción o exploración, sólo le interesaba maximizar las ganancias y sacar los dividendos. Estaba sosteniendo, con los ingresos que tenía en Argentina, sus negocios en España y otras partes del mundo, lo que era inaceptable, apuntó la diplomática.

En entrevista con La Jornada, indicó que el proyecto del gobierno de Argentina no contempla la expropiación de empresas en otros sectores; hay, dijo, servicios públicos como la telefonía y la electricidad que en su momento fueron privatizados y que seguirán trabajando igual, en tanto sigan cumpliendo con sus concesiones y marcos regulatorios.

Vaca Narvaja planteó que el gobierno de España se enoja, pero cuando nosotros tuvimos el vaciamiento de inversiones en Aerolíneas Argentinas por parte del grupo español Marsans, no tuvimos reacción con ese gobierno, porque entendimos que no se podía extender a una administración o a los españoles en general la conducta de algunos de sus empresarios, eso a pesar de que luego el Estado argentino tuvo que financiar el rescate de ese sector.

En el caso de Repsol, la decisión no se tomó de la noche a la mañana; se había hablado con los inversionistas y éstos decidieron no acompañar el proyecto de crecimiento de Argentina –de 8 por ciento anual en promedio–, no quisieron invertir, sino sólo obtener ganancias y girar las divisas a sus accionistas en el exterior.

Al preguntarle sobre el monto que pretende Repsol como reparación del daño, recordó que la trasnacional pagó por YPF 13 mil millones de dólares, y ha tenido ganancias por más de 22 mil millones de dolares. Mientras, el país pagaba anualmente 9 mil millones de pesos de importación de hidrocarburos, porque la empresa no los producía.

Así, España o la Unión Europea podrán tomar, analizar o estudiar todas las medidas que quieran, pero ésta es una decisión soberana, tomada conforme a la Constitución argentina y sus leyes.

Por otra parte, hay numerosas empresas españolas y europeas que están trabajando perfectamente, que tienen muy buenos ingresos y rentabilidad, y no están a discusión esas inversiones en Argentina, comentó

Hoy en España, con la situación de crisis brutal, muchas de las multinacionales que están en América Latina están girando sus ganancias y dividendos para solventar esa situación y salvar sus consorcios. Argentina no va a financiar la crisis en España a través de sus empresas, puntualizó Vaca Narvaja.