Aprobar modificaciones al Código Federal de Procedimientos Penales sin considerar las recomendaciones de organizaciones civiles no sólo es una inmensa irresponsabilidad, sino un acto que abona al crimen, expresa Javier Sicilia, dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).

En una misiva dirigida a la Cámara de Diputados desde San Francisco, California, manifiesta que el código, hasta el momento, no se ha reformado en lo sustancial, lo cual representa un riesgo por los profundos problemas de corrupción en instancias gubernamentales y la tentación de muchos de traer una paz al país mediante la violencia y la militarización.

El poeta advierte que en la iniciativa de reforma se mantienen algunos procesos que no requieren autorización judicial, como cateos por denuncias anónimas e intervenciones telefónicas y de comunicaciones privadas. Asimismo, la validez de información obtenida por otros medios.

Esas accciones, sostiene, no sólo abren la puerta a la legalización de prácticas deleznables, que muchos ciudadanos ya hemos padecido de manera ilegal y que menoscaban nuestros derechos y libertades (acusaciones inverosímiles; fabricación de delitos y culpables; allanamientos arbitrarios, criminalización de protestas y de movimientos sociales), sino también la legalización de la tortura, práctica que, para vergüenza y desgracia nuestra, no hemos podido erradicar.

Sicilia califica la falta de respuesta de legisladores a las propuestas ciudadanas de desprecio, lo cual es muy grave, porque en la condiciones del país, con los profundos problemas de corrupción en instancias de gobierno, en particular en las destinadas a la impartición de justicia, y la tentación de muchos de traer una paz mediante la violencia y la militarización, la ausencia de dichas reformas legalizará cuestiones que ponen en peligro la ya de por sí precaria dignidad de los ciudadanos.

Ante esas circunstancias, Sicilia pide a los legisladores que, “por amor al país, a ustedes, a sus hijos, a sus nietos, a lo que representan –las esperanzas políticas de los ciudadanos–, por compasión por tanto sufrimiento con el que la corrupción y la irresponsabilidad nos ha cargado la espalda y el corazón, no aprueben los cambios el Código Federal de Procedimientos Penales sin las modificaciones que hemos propuesto y defendido con dignidad”.

Sicilia advierte a los legisladores que si avalan los cambios tal como propuso el Ejecutivo federal en septiembre de 2011, se abrirá la inmensa brecha que hay entre el gobierno y los ciudadanos. Esa brecha cuyo rostro más claro es la desconfianza de la ciudadanía hacia los partidos se hará más honda y con ella la desgracia inhumana que se ha apoderado del país que ustedes representan.

El poeta recuerda que la reforma a dicho código es fundamental para lograr la protección de la dignidad humana en los procesos judiciales, y reitera la preocupación de la sociedad organizada por la indiferencia que ha mostrado la Cámara de Diputados a las recomendaciones hechas por diversas organizaciones civiles, entre ellas el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

La iniciativa ha sido criticada por más de 100 organizaciones civiles, debido a que desestima las recomendaciones de órganos de Naciones Unidas y la jurisprudencia de sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos referentes al sistema penal mexicano, así como las observaciones de ONG y el MPJD.