El costo anual de la corrupción en México representa el doble de las ganancias que obtiene el crimen organizado, y es superior a los dividendos que el país capta como producto de la extracción de petróleo crudo y gas cada año, según el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

El presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, dijo que de acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), el impacto de la corrupción se mantiene en alrededor de 10 por ciento del valor de la economía, y las empresas, en promedio, se ven en la necesidad de destinarle un porcentaje similar de sus ingresos para poder operar.

Según cifras del Inegi, la extracción de petróleo crudo representa apenas 8.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), mientras datos de la organización no gubernamental No Money Laundering (incluidos en un reciente reporte de la Cámara de Diputados), señalan que los grupos criminales en México obtienen ganancias anuales de 5 por ciento del PIB.

El dirigente empresarial señaló que desde comienzos de la década de los 80 se promovía como prioridad inaplazable una renovación moral de la sociedad, y hace 11 años se anunció un Programa Nacional contra la Corrupción, pues ésta le costaba al país una décima parte del PIB. No obstante, lamentó, a la fecha no se registra una evolución sustantiva sobre el problema.

Refirió que en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial el peor desempeño de México, después del mercado laboral, está en las instituciones.

Ocupamos el lugar 134 de 142 países en costos derivados del crimen, y el 133 en fiabilidad de los servicios policiacos, recordó. Agregó que la valoración es reprobatoria en derechos de propiedad, protección de patentes, desvío de fondos públicos, favoritismo de autoridades, pagos irregulares y sobornos o en independencia judicial.

Candiani dijo que el crimen, la corrupción y los rezagos para establecer y administrar un marco jurídico adecuado son los factores más problemáticos para hacer negocios en México.

Indicó que para que las campañas electorales resulten de mayor interés para la población, se necesita un debate público y contenidos de más altura que lo visto hasta ahora. Que se aborden los problemas y retos prioritarios de la nación sin ambigüedad o superficialidad, demandó.

Lamentó que el sistema penal nacional ha sido definido como una amplia red de ineficacias y corrupción, a lo cual se agrega un margen de inoperatividad agudo y reiteradas deficiencias procesales que suelen dar al traste con la justicia o constituir violaciones severas de los procesos.