Con fuegos pirotécnicos que iluminaron con sus luces multicolores a la Diana cazadora y a los asistentes al jardín principal de Ixmiquilpan, fue clausurado el primer Festival de las Culturas Indígenas.

Fueron cinco días de actividades, que culminaron el 14 de abril y cuyo propósito es trbajar en el rescate de tradiciones, rituales y cantos. Se presentaron diversas propuestas artísticas, artesanales y culturales. Por los diferentes foros desfilaron músicos, danzantes, cineastas, escritores, académicos y representantes de los diferentes grupos indígenas del país y de otras naciones.

En la parte musical estuvieron en el escenario principal Nortec, el colectivo chichimeca Kunda erer Ma ir Ranto Niuf (Águilas que no se olvidan), Lluvia de Palos, Natalia Cruz, Petrona Martínez, Mariana Carrizo.

En la clausura de las actividades, el programa fue un caleidoscopio étnico: abrió Manuel Mendieta con sus músicos huapangueros. Continuaron Uchpa, agrupación peruana que presentó su propuesta con sonidos de rock y cantos en quechua, además de bailes regionales; el Grupo Cultural Ñahñú, que representó un cuadro místico/costumbrista, titulado Entrega de flores, dedicado a los hermanos latinoamericanos.

Antes fue clausurado el Foro de Cine Indígena con el largometraje de Juan Mora Retorno a Aztlán, que aborda la tragedia de una sequía de cuatro años. Mientra, afuera del teatro Hidalgo, donde se poyectó la cinta, paradójicamente, llovía.

El realizador comentó que la cinta intenta rescatar la cultura de México. Expresó su sorpresa de que no se hubieran ocupado de este tema en el cine.

Frente al palacio municipal, también estuvieron Venado Azul, agrupación de cuatro músicos procedentes del Centro Ceremonial de las Latas, Jalisco, con su fusión de ritmos norteños y cantos wixárikas. Al terminar, en las pantallas monumentales instaladas en la plaza de Ixmiquilpan se proyectó el video Salvemos Wirikuta, como preámbulo a la presentación de Sonidero Mestizo.

Rocko Pachukote y Moyenei empezaron su presentación con un mensaje en defensa de las razas oprimidas. El diálogo continuó entre una canción y otra: en El águila y el cóndor rogaron por una unión de etnias desde la Patagonia hasta Alaska, en Ya está aquí, que aborda el tema de los migrantes, y en Somos paz. Quisieron terminar con Kumbala, pero el auditorio los hizo regresar.