En la misma línea que Chet Baker piensa en su arte, el mexicano Bernardo Esquinca opta por dejar a un lado la sucesión simple de los hechos y los dota de simbolismo y misterio. Y no se trata de evadir la realidad, sino de jugar con ella. Extraer momentos, personajes, anécdotas, miedos, y darles significado a través de narraciones que mezclan lo ordinario y lo fantástico.

Aquellos que disfrutaron el cuento de Julio Cortázar en el que un personaje describe a detalle cómo una bola de pelos va subiendo por su esófago hasta ver como le brota un conejito blanco por la boca, ahora podrán leer con fascinación un encuentro con uno de los insectos que sostienen una batalla frontal contra el mundo en busca de invadirlo, las moscas.

Y es probable que este mismo personaje que cuenta a su siquiatra la experiencia con los insectos, aparezca en otros relatos de Demonia hablando sobre La Castañeda o contando una historia sobre exorcismo y sexualidad. También es posible que un escritor ficticio se convierta después en autor de uno de los cuentos del libro.

Aquí la literatura vuelve a ser multidimensional, porque Bernardo Esquinca confiesa no saber si sus personajes e historias han ido saltando de cuento en cuento. Al parecer, al escribirlos perdió el control sobre ellos.

Las conexiones entre los textos, la reaparición de personajes y el juego de escenarios, entran en una dinámica que el lector tampoco podrá controlar, pues es probable que sus miedos y obsesiones quieran ser en cualquier momento, partícipes de los relatos.

Título: Demonia

Autor: Bernardo Esquinca

Editorial: Almadía

Número de páginas: 161

Precio de lista: 179 pesos

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