Donald Trump se le conoce internacionalmente por su riqueza, líos amorosos y aprovechar cualquier oportunidad para impulsar sus negocios. Una muestra reciente es el revuelo mundial que causó la descalificación de Jenna Talackova del concurso Miss Universo Canadá por ser transexual. Pero luego de dos semanas de ventilarse el asunto en los medios de todo el mundo, de amenazar a Trump (dueño de la marca Miss Universo) con demandarlo por discriminación, los organizadores del certamen rectificaron y Jenna figura ahora entre las cinco favoritas para lograr el título.

En esta corta pero exitosa batalla por los derechos de los transexuales y contra la discriminación, no sólo ganó Jenna. En cuestión de dinero también Trump, pues en el país de la hoja de maple los certámenes de belleza interesan a una pequeña minoría. No como en México, donde hasta el licenciado Calderón se da tiempo para recibir y elogiar a las concursantes. Gracias a Jenna, Miss Canadá adquirió una importancia nunca vista. No se sorprenda si, por negocio y publicidad, obtiene la corona y disputa la universal. Además, la productora de películas de Trump ya le ofreció llevar su vida al cine: la historia de quien nació varón y a los 14 años comenzó con una terapia hormonal; que, a los 19 pasó por el quirófano y, tras una exitosa operación, cambió de sexo.

Muy distinto es el destino de otra famosa, también transexual, que puede pasar varios años en la cárcel, Black Madame, muy conocida por sus videos de música hip hop de inspiración gótica. Su delito: inyectar misteriosas sustancias en las nalgas de otras mujeres para aumentar sus curvas.

Black Madame en realidad se llama Padge Victoria Windslowe y la acusan de agresión con agravantes y prácticas comerciales engañosas, luego que una bailarina de danzas exóticas fue hospitalizada tras un tratamiento que le realizó la cantante. También la culpan de la muerte de la estudiante Claudia Aderotimi, quien falleció tras recibir una inyección en el trasero. Se cree que la sustancia ingresó en una vena de Claudia.

A Windslowe la arrestaron en Filadelfia durante lo que la policía describió como una fiesta de bombeo, en la cual varios clientes esperaban recibir inyecciones de silicona. Todo indica que no era tal, sino una especie de pegamento de efectos muy nocivos.

En México una roquera famosa y con mucho dinero padece los efectos de las sustancias que le aplicó hace tres años una reconocida y alabada experta en estética femenina: Valentina de Albornoz. Le inyectó a Alejandra Guzmán sustancias para agrandar sus nalgas. Eran tóxicas. Desde entonces lleva tres intervenciones quirúrgicas (ahora está hospitalizada) y un severo tratamiento médico para evitar que las sustancias se expandan al resto de su cuerpo.