Durante el 93 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata Salazar, diversas organizaciones campesinas encabezaron protestas en al menos cinco entidades federativas, para exigir a los gobiernos estatales y federales apoyos económicos ante la crisis que vive el sector agrario, así como la liberación de presos políticos.

En Morelos, el acto oficial inició con una hora de retraso, luego que policías ministeriales de la Procuraduría General de Justicia detuvieron de manera violenta al dirigente de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, Florencio Ixpango Merino, acusado de haber cometido un presunto despojo en 1999.

El acto fue presidido por el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Francisco Mayorga Castañeda; el gobernador, Marco Antonio Adame Castillo; el alcalde de Cuautla, Felipe Güemes Ríos; familiares de Zapata, y dirigentes de organizaciones campesinas del estado, entre ellos el detenido.

En cuanto el líder agrario llegó, policías ministeriales lo rodearon, lo sometieron a golpes y se lo llevaron, pese a que él les mostró un amparo federal contra esa orden de aprehensión que le giró un juzgado de Jonacatepec por un caso de 1999. Luego de una hora fue puesto en libertad.

En ese contexto, en Oaxaca, miles de militantes del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui, marcharon para demandar al gobierno estatal el esclarecimiento del asesinato de su líder histórico, Heriberto Pazos Ortiz, sucedido el 23 de octubre del 2010, en el último trecho del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz.

En Chiapas, varios contingentes de organizaciones indígenas y campesinas marcharon simultáneamente para exigir la liberación de presos políticos, alto a la explotación minera, defensa de los territorios, de la soberanía y la autosuficiencia alimentaria. En un documento leído durante una mitin en la plaza central de Tuxtla Gutiérrez, se pronunciaron por una reforma agraria que fortalezca la propiedad social, se rescate el espíritu y sentido que dieron origen al artículo 27 constitucional, y que el gobierno de Chiapas y la Secretaría de la Reforma Agraria resuelvan el paquete agrario que demandamos las organizaciones campesinas.

En Veracruz, cientos de cafeticultores colocaron un altar en el centro de Jalapa, con la imagen del caudillo, para reclamar atención de los gobiernos federal y estatales para el campo mexicano que yace en la pobreza extrema. Los manifestantes acusaron que 30 por ciento de las tierras cultivables en el país está en manos de extranjeros y el campo es abandonado por las autoridades, que usan los recursos para orientarlos a cuestiones electorales y para crear fortunas indebidas, tanto de grandes productores como de los mismos funcionarios gubernamentales.