Crisis del sector salud griego; aumentan patologías de la pobreza
Martes 10 de abril de 2012, p. 21
Atenas, 9 de marzo. Una pequeña bomba de fabricación casera explotó afuera de la oficina del Ministerio de Reforma Administrativa, cerca del centro de Atenas, encargado de recortar 150 mil empleos del sector público para 2015; la explosión destrozó las ventanas y dañó escritorios y computadoras, pero no hubo heridos, dijo la policía.
Los atentados con artefactos incendiarios se producen regularmente en Grecia y la policía los atribuye al movimiento de protesta contra las autoridades por la austeridad impuesta a cambio de préstamos internacionales.
Los griegos están cada vez más preocupados por el futuro del sistema de salud, muy afectado por las políticas de austeridad y que podría dejar fuera a un número creciente de enfermos.
Con un presupuesto público de 10 mil millones de euros, 25 por ciento menos desde 2009, la salud puede convertirse en un privilegio, advierte Haralambos Economou, autor de varios estudios para organizaciones internacionales sobre el sistema griego.
A fines de febrero una tentativa de atentado con un artefacto incendiario en el metro de Atenas, algo sin precedente, fue reivindicada la semana pasada por el Movimiento 12 de febrero
, cuya denominación se refiere a la fecha en que el Parlamento votó nuevas medidas de rigor por exigencia de los acreedores del país.
El ministro de la Administración, Dimitris Rappas, anunció recientemente medidas exigidas por los acreedores con las cuales reducirá el número de funcionarios. El ministerio, donde se produjo el atentado, tiene la tarea de reformar el extenso sector público, que es demanda clave de los prestamistas internacionales.
El ataque fue el segundo en menos de una semana. Una bomba similar explotó el pasado martes en una oficina del ex primer ministro Costas Simitis.
Enfermedades de la pobreza
Meropi Manteou, neumóloga del hospital Sotiria, uno de los más grandes de Atenas, asegura que desde las últimas reformas que imponen a los asegurados pagar el servicio, la falta de dinero ha provocado más urgencias de pacientes
. Advierte que para ayudar a los enfermos todavía conseguimos filtrar a los que menos tienen, pero, ¿por cuánto tiempo?
Alerta además sobre un aumento de las patologías de la pobreza, como la tuberculosis
.
Unicef Grecia acaba de lanzar una campaña para recabar fondos para la lucha contra el retroceso de la vacunación infantil.
Entre el drástico aumento del desempleo que alcanza ya más de 20 por ciento, y la persistencia de una importante economía sumergida, que priva de cobertura social a un tercio de la población activa, entre 8 y 10 por ciento de los griegos sólo pueden usar sus propios ahorros para acudir al médico, estiman expertos. Incluso para los asegurados la austeridad ha reducido la lista de medicamentos y los exámenes rembolsados, y pone bajo tensión los hospitales, que deben recibir 30 por ciento más de pacientes, para los que el sector privado es demasiado caro.
Con la limitación del crédito, la reducción de 25 por ciento de los salarios de los médicos, un déficit crónico de enfermeras y guardias no pagadas desde diciembre, el sector está en situación de guerra
, se indigna Yorgos Kalliabetsos, jefe de la clínica de patología del hospital Volos. Su servicio recibe a menudo 45 pacientes, con 35 camas, cuatro internos en lugar de siete y sólo dos enfermeras de noche
, sin contar la falta frecuente de material sanitario, señala este médico.