El cardenal Norberto Rivera Carrera recordó en el Viernes Santo a los católicos que el mal por más profundo que sea siempre puede ser derrotado. La violencia, el odio y la venganza pueden ser vencidos por el amor y el perdón, mediante la cruz de Cristo.

Durante la solemne celebración de la Pasión de Cristo en la Catedral Metropolitana, el prelado destacó que la cruz ha llenado el mundo de paz, de gracia, de perdón, de felicidad, de salvación y sobre todo le ha dado a nuestro mundo el sentido del dolor (...) Es en la cruz donde se consuma nuestra redención y donde encuentra sentido el dolor personal y del mundo. Es ante la cruz donde descubriremos la malicia del pecado y el gran amor que nos ha tenido aquel que se entregó a la muerte y a una muerte de cruz por nosotros. Sólo en la cruz es donde la violencia, el odio y la venganza pueden ser vencidos por el amor y el perdón, subrayó.

La ceremonia correspondiente al primer día del triduo pascual, y el único en que no se celebra misa, inició ayer por la tarde con la procesión al altar encabezada por el cardenal, quien fue acompañado por seminaristas, diáconos, sacerdotes y canónigos del cabildo metropolitano.

Durante la ceremonia y ante cientos de fieles católicos congregados en la Catedral se pidió por los jefes de Estado y responsables de asuntos públicos para que tomen decisiones que promuevan el bien común y procuren un ambiente de paz y libertad.

En tanto, Rivera Carrera remarcó que “nuestra actitud en Viernes Santo debe ser de contemplación del dolor de Cristo, por lo que debemos dejarnos impresionar por la Pasión, pero no podemos quedarnos ahí, sino buscar la realidad que se quiere expresar en la Pasión.

Los sentimientos que deben invadirnos este día deben ser de agradecimiento, de admiración y de alegría: Cristo nos amó hasta el extremo. Hoy es un día de espe- ranza, el mal, por profundo que sea, ha sido vencido en el árbol de la cruz, señaló Rivera Carrera. Añadió que al igual que a Cristo le tocó la cruz y la amó y la supo cargar hasta el final, a nosotros tarde o temprano también nos llegará la cruz, pero aseguró que con la ayuda de María será más fácil cargarla y amarla.