Con la muerte de un gendarme ascendió ayer a 17 el número de muertos por el temporal que el miércoles azotó la capital argentina y el Gran Buenos Aires, mientras continúan los trabajos para reparar las zonas más afectadas, informaron autoridades.

La nueva víctima se encontraba de servicio junto con otras tres personas cuando una ráfaga de viento arrasó su puesto de guardia.

El Ministerio de Seguridad comunicó que hasta el momento se han contabilizado cinco víctimas en distintos barrios de la capital, 11 en la provincia de Buenos Aires y el resto en la ciudad de Santa Fe.

Se produjeron ráfagas de viento que superaron 90 kilómetros por hora. Éstas estuvieron acompañadas de granizo y precipitaciones, las cuales provocaron la caída de árboles y carteles, así como de cientos de viviendas precarias, inundaciones, interrupción del servicio de tres líneas del Metro y cortes temporales de energía eléctrica en la capital federal. De acuerdo con la fuente, la mayoría de las víctimas fallecieron aplastadas.

Por su parte, Luciano Timerman, coordinador del Consejo de Emergencia de la provincia de Buenos Aires, señaló que todo el gabinete provincial está trabajando con las empresas de servicios y los municipios en la reparación de los daños materiales.