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Londres continúa desafiando las exigencias de que se desmilitarice el Atlántico sur

La ONU ofrece mediar en conflicto por las Malvinas y GB envía un destructor
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 7 de abril de 2012, p. 19

Buenos Aires, 6 de abril. El ofrecimiento del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para mediar entre Londres y Buenos Aires en el conflicto por la soberanía en las islas Malvinas, cuando (ambos) estén predispuestos, se produjo en momentos en que zarpaba de Gran Bretaña hacia el archipiélago el destructor HMS Dauntless, cargado de misiles para proteger los intereses británicos.

Ban Ki-moon expresó de manera reciente en Nueva York a la secretaria general de la Unasur, María Emma Mejía, que reconocía el amplio apoyo de los países de la región a Argentina en su reclamo por la soberanía de las Malvinas, pero mientras este país demanda negociación y diálogo el gobierno británico incrementa el esquema de militarización en el Atlántico sur, denunciado por la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Londres desafía nuevamente las exigencias para desmilitarizar el Atlántico sur, dentro del esquema de zona de paz que este país y la Unasur han propuesto para la región.

Este sería el primer despliegue operativo para el HMS Dauntless, que entró en servicio en noviembre de 2010 y remplazará a la fragata HMS Montrose, que ha patrullado el Atlántico sur en meses recientes.

El destructor tiene un avanzado sistema de navegación que hace difícil su detección y en su cubierta pueden operar varios helicópteros.

Argentina denunció ante la ONU en febrero pasado que el gobierno británico iba a enviar este buque, cuyos misiles pueden llegar no sólo a esta nación, sino a otros países sudamericanos.

En la isla Soledad se encuentra la estratégica base militar británica Mount Pleasant, que además de mantener más de 2 mil efectivos puede recibir grandes barcos de guerra. Incluso, la cancillería advirtió en su momento sobre el paso de un submarino nuclear.

Esta base figura en el mapa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ya que su posición estratégica en el sur es básica para los nuevos despliegues de guerra de ese organismo, que ha estado a cargo de las invasiones recientes, como en el caso de Libia, verdaderas guerras coloniales en pleno siglo XXI.

Este accionar de Reino Unido tensa aún más la situación, de por sí grave porque se niega a reconocer la pertenencia geográfica e histórica de las islas Malvinas a Argentina, situadas a menos de 500 kilómetros de la parte continental y en aguas argentinas, y a más de 14 mil kilómetros de Gran Bretaña.

El archipiélago fue ocupado por tropas británicas en 1833; sus pobladores y autoridades argentinas fueron sacados por la fuerza. Luego llevaron británicos al lugar, a quienes ahora pretenden que se les reconozca el derecho de autodeterminación.

Ex combatientes de la guerra de las Malvinas denuncian la hipocresía de ese planteamiento, cuando el mismo gobierno británico expulsó a la población de la isla Diego García, en el archipiélago de Chagos, océano Índico, en 1968. De hecho, Gran Bretaña se quedó con esa isla, que tiene posición estratégica, cuando se independizó de la corona inglesa el archipiélago de Mauricio.

No le importó la población que estaba allí, constituida por ex esclavos traídos de África en el marco de colonizaciones anteriores, ni los habitantes que conformaron una comunidad bajo protectorado británico. Simplemente, los cargaron sin nada a los poco más de 2 mil habitantes de Diego García y por la fuerza fueron llevados a Mauricio, donde los dejaron en las zonas más pobres. Pero ahora defienden la autodeterminación de los kelpers, que están bajo gobierno británico y trajeron para apoderarse de la isla.

Hay algo similar en que ese territorio de ultramar británico fue desalojado violentamente para alquilarlo a una base de Estados Unidos enorme y estratégica militar, que incluso ha servicio para llevar a prisioneros, como hicieron en Guantánamo en estos últimos años y desde allí partieron los ataques contra Afganistán e Irak. Es una base clave también para amenazar a Rusia y a China.

En las Malvinas está la base británica en Isla Soledad, que sirve a la cuarta flota estadunidense y a la OTAN. Pero estos habitantes ingleses, traídos para ocupar la isla, que tienen trabajadores de algunos otros países, ahora resultan ser la población autóctona del lugar, cuando la mayoría de ellos son militares y familias de éstos, denuncian los ex combatientes.