Víctima de un infarto, murió a los 68 años en la ciudad de Montreaux
Viernes 2 de marzo de 2012, p. 9
Roma, 1º de marzo. Italia lloraba este jueves la muerte repentina del cantautor Lucio Dalla, quien falleció de un infarto en Montreaux (Suiza) a los 68 años, tras marcar a generaciones enteras con su estilo original y sus canciones poéticas.
Descubierto por Gino Paoli, otro gran cantautor, Dalla fue compositor, letrista, arreglista y músico de todas sus obras y estuvo siempre rodeado de músicos en Bolonia (norte), su ciudad natal, donde confluían amigos y compañeros de profesión.
Entre sus canciones más famosas figura Caruso, escrita en la década de los 80 para el célebre tenor Luciano Pavarotti en homenaje al gran Enrico Caruso, que se convirtió en un enorme éxito y vendió más de 9 millones de copias.
Dalla, quien seducía con su voz, amaba contar historias, jugar con los sonidos, improvisar como un jazzista y empezó a tener éxito a escala internacional en 1971, cuando participó en el festival de San Remo con la canción 4/3/1943, su fecha de nacimiento.
Con esa balada triste y autobiográfica, Dalla inició una carrera brillante en la que convirtió en poemas historias de la vida cotidiana. En medio siglo de carrera artística, Dalla, clarinetista y pianista, compuso hitos de la canción, como Anna e Marco, Futura y Piazza grande.
Solía presentarse ante al público con una gorra de lana para esconder la calvicie o con un sombrero panamá blanco que cubría medio rostro, un indicio más de su deseo de ser contracorriente.
Con el paso de los años y la madurez abandonó el histrionismo amable de la década de los 80, cuando recorrió la península cosechando éxitos con otro célebre cantautor, Francesco de Gregori, para presentar uno de sus trabajos más bellos: Banana Republic.
El mito de la música italiana, pequeño, con gafas y gordo, fue vital hasta el final; su última aparición en público en Italia fue en febrero, durante el festival de San Remo, para acompañar como director de orquesta y compositor a un joven debutante.
Influyó a cantautores de varias generaciones, entre ellos Carboni, Bersani, Grignani, Antonacci; descubrió nuevos talentos e impulsó discos colectivos emocionantes, entre ellos Neruda en el corazón, para celebrar el centenario de Pablo Neruda en 2004. Falleció tres días antes de cumplir 69 años y será enterrado en su Bolonia.
Era un artista amado por todos los italianos
, resumió el presidente de la república, Giorgio Napolitano, mientras el mundo de la música italiana llora la pérdida de una de las voces más populares y sugestivas del país.