Buenos Aires, 22 de enero. El gobierno argentino reclamó negociaciones bilaterales urgentes con el gobierno británico y advirtió que no hay una sola medida que implique hostilidad hacia los isleños, al responder a declaraciones de funcionarios de ese país que denunciaron un supuesto intento de intimidación contra los habitantes ingleses (kelpers) de las islas Malvinas, ocupadas colonialmente por Gran Bretaña desde 1833.

Al culminar una gira por Centroamérica, donde logró el apoyo de los gobiernos a favor de la posición de Argentina en la disputa con Gran Bretaña, el canciller Héctor Timerman sostuvo en entrevista con Página 12 que la Organización de Naciones Unidas (ONU) no reconoce el derecho a la autodeterminación de los malvinenses y reiteró el pedido al gobierno británico para que se siente a negociar, como establece ese organismo internacional.

Recalcó que los únicos que pueden negociar, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, son Gran Bretaña y Argentina. Sólo los dos países, y no los isleños, pueden hablar como partes litigantes, aseveró.

Respondió de esta manera a la nueva estrategia diplomática del gobierno de David Cameron, quien intenta introducir la idea de que los habitantes (familias traídas por Gran Bretaña para poblar la isla colonizada) reclaman su derecho a la autodeterminación.

A partir de esta concepción también formó parte del discurso británico acusar a Argentina de colonialista. El archipielago de las Malvinas está a más de 14 mil kilómetros de Gran Bretaña y a sólo 400 de la costa en la plataforma marítima argentina.

El canciller advirtió que si los países poderosos no cumplen con la ONU, entonces el órgano mundial dejará de tener sentido.

En relación con la medida tomada por el Mercado Común del Sur (Mercosur) de prohibir el ingreso de barcos con bandera de Malvinas a los puertos de los países que lo integran, Timerman explicó que Argentina “no busca bloquear las islas, sólo quiere contrarrestar el interés británico con un hecho jurídico que se opone a una medida de facto”.

Asimismo, destacó y agradeció el categórico apoyo de los países centroamericanos al reclamo por la soberanía en las Malvinas y dijo que encontró en esa región un gran deseo y voluntad de conectarse con el Mercosur.

De hecho, adelantó que Argentina va a impulsar en el Mercosur y en distintos foros la necesidad de proteger los recursos naturales de la región como el agua, el petróleo, la pesca, la minería porque “en la actual situación mundial tienen un rol estratégico muy importante.

Debemos unirnos en la defensa de los recursos, dijo Timerman, y añadió que no puede ser que potencias militaristas abusen de los recursos naturales en la región.

Puso de ejemplo el caso de Malvinas, en principio con el petróleo y la pesca, y no queremos que suceda en otro lugar de la región, refiriéndose a lo actuado en los últimos años con Gran Bretaña, al no respetar las resoluciones de la ONU que ordenaban no tomar medidas como la exploración o explotación de petróleo en ese lugar, y lo mismo sucede en el caso de la pesca que autoriza el Reino Unido como si fuera dueño de la zona.

Al mencionar la posición tomada por Estados Unidos recientemente, apoyando negociaciones entre Gran Bretaña y Argentina, Timerman destacó que con esta actitud se reconoció que existe un problema bilateral entre ambos países y no se habla de la autodeterminación.

Estados Unidos habla de una administración de hecho de las Malvinas por parte del Reino Unido, afirmó, al considerar que esa posición también es un llamado de atención a Gran Bretaña para que abandone el camino militarista y se siente a negociar.

Timerman recordó que en el momento en que el premier británico Cameron acusaba de colonialista a Argentina en Londres se había reunido el Consejo Nacional de Seguridad. El Reino Unido estaba en medio de una escalada militarista, advirtió el canciller.

Desde su punto de vista la decisión estadunidense acerca a ese país a la posición latinoamericana y apoya la iniciativa argentina de convocar al Reino Unido a un diálogo pacífico. La ONU lo viene pidiendo desde 1965. No es un capricho, es parte de la legalidad internacional, sostuvo.

En realidad resulta desmesurado que Gran Bretaña refuerce su base militar enclavada en las islas como una supuesta defensa y mueva sus fuerzas, muestre su armamento, equipos y naves en maniobras militares mostrando los dientes a Argentina y a la vez hable de intimidación a los kelpers por la campaña diplomática que realiza este país, resumen analistas locales.

Advierten que estas acciones de Gran Bretaña intentan encubrir su grave situación interna.