Mientras el aumento al salario mínimo se traducirá en cero centavos este año en México, ya que descontando la inflación de 2011 se pierde el incremento nominal de 4.2 por ciento, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) sostiene que 40 por ciento de ingresos de las familias más pobres provienen de programas sociales.

A la vez que en los primeros cuatros años del gobierno actual se reportó un alza de 12.2 millones de personas en pobreza patrimonial, el crecimiento casi inercial del minisalario en relación con la inflación ha llevado a que con ese desfase el mini ingreso pierda en términos reales más de 4 por ciento, sostuvo Genaro Aguilar Gutiérrez, profesor de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional.

En comparación con Brasil, donde el incremento al mínimo, descontando la inflación, es de 9.2 por ciento, en México los trabajadores continúan soportando el peso de una economía socialmente excluyente, en la cual la productividad y las ganancias crecen, pero los salarios se estancan.

Considerando ese contraste, señala en un análisis, en México el salario cayó en la última década, mientras en Brasil se recuperó de manera relevante en el mismo periodo, lo cual llevó a una disminución de alrededor de 56 por ciento de los niveles de pobreza extrema, pero en este país la población en esa situación creció en más de 6 millones de personas sólo en los pasados 2 años.

Explica que la fórmula brasileña es que, por ley, a la inflación de cada año se suma el crecimiento económico de los dos años anteriores, lo cual da por resultado el incremento del salario real. Ésta ha conducido a un aumento de más de 325 por ciento del sueldo mínimo real (ya descontada la inflación) de los brasileños en los pasados 10 años.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Aguilar Gutiérrez sostuvo en entrevista que la economía ortodoxa y el modelo económico mexicano se manejan con lo que los expertos ortodoxos sostienen: que un aumento al mini ingreso llevará siempre a una inflación acelerada, desquiciando la economía. Pero la experiencia reciente de Brasil, con una recuperación de más de 300 por ciento en el salario real en menos de 10 años, muestra que repuntes sostenidos del poder de compra de los trabajadores no tienen por qué desquiciar la economía si las instituciones económicas y políticas son sólidas.

La recuperación del poder de compra beneficia a la sociedad en su conjunto y el aumento del mercado interno se presenta cuando todos pueden comprar más. Los negocios florecen, las familias elevan el consumo y los ingresos tributarios crecen.

La Sedeso, en un comunicado, informó que los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales respaldan los logros en la superación de los rezagos sociales. Las medidas adoptadas para enfrentar la crisis económica internacional llevaron a la dependencia a incrementar los apoyos sociales.

Expresó: Es urgente lograr consensos entre los tres órdenes de gobierno y el Poder Legislativo para concretar reformas estructurales que impriman dinamismo a la actividad económica promoviendo la generación de empleos y mejores ingresos para las familias mexicanas en pobreza.