e regreso de un viaje no relámpago, pero casi, me veo algo fuera de lugar abordando este espacio e inclino llanamente por agradecer la recepción de diversas publicaciones de algunos amigos en la aparentemente calma (cómo eludir el adverbio) zona tapatía, no sin antes lamentar el no reciente deceso (me enteré allá) del generoso Víctor Pacheco, sucesivamente anfitrión en dos bares abiertos a la cultura y su gente: el Scratch y el Jazztá, y el del querido Pablo Bañuelos, padre del poeta Raúl, el último día de 2010, a quien, me informo en Internet, se despidió con un cálido aplauso.

El viaje del mimo, de Alberto Stanley, grata sorpresa, aunque no novedad editorial: poco más de 250 páginas, cuatro de bibliografía y 17 de ilustraciones, editado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y cuyo subtítulo resume (no a cabalidad) de lo que trata: un anecdotario histórico del teatro sin palabras.

Ana Lilia Larios, de la revista Arenga, me hizo llegar su número 8, dedicado a la música, que entre otros incluye artículos sobre Jaime López (Joselo Rangel), Mike Laure (Hugo Medrano), el narcocorrido (Carlos Reyna) y un discurso sobre el silencio, en este caso el de Javier Sicilia (Marco Antonio Núñez).

Lucía Bayardo compartió varios de sus títulos de literatura infantil, pero sobre todo confió que tiene ya terminada, fresquita, una novela cuyo nombre tal vez sea necesario mantener en suspenso.

De Fernando Carrera traje su Donde el tacto, premiado y editado por el Instituto Cultural de Aguascalientes, que en apreciación de Ángel Ortuño “se resuelve decididamente por la mesura […] en configuraciones verbales cuyo principal recurso es la traslación metafórica”.

Dolores Díaz Aguirre nos regaló Las políticas culturales y las editoriales independientes, donde analiza las dinámicas de desarrollo de tal actividad en el país y el ejercicio de sus estrategias de operación en conjunto con las políticas culturales de su entorno. Coeditan Las Encantadas y La Zonámbula.

Este sello, que dirige Jorge Orendáin, con medio centenar de títulos, nos proveyó de Nervio náufrago (Laura Solórzano), Caída libre (Martha Cerda), Trenes y gallos (Arturo Suárez) y Los zapatos del niño guerrero, de Martín Mérida. Gracias a todos.