Insiste el premier británico en que Londres no entregará soberanía
de las Malvinas
Sábado 24 de diciembre de 2011, p. 18
Buenos Aires, 23 de diciembre. El Departamento de Estado estadunidense envió a las Abuelas de Plaza de Mayo un documento desclasificado que prueba que existió un plan sistemático para la apropiación de niños, hijos de detenidos-desaparecidos, durante la pasada dictadura militar (1976-1983), el cual resultará clave para la justicia.
Parcialmente desclasificado en 2002, el escrito contenía párrafos a los que no se había podido acceder hasta ahora.
En respuesta a un reclamo de Abuelas, finalmente se desclasificaron esos párrafos claves para el juicio en que se intenta demostrar que existió un plan sistemático de apropiación de niños
como política trazada por las cúpulas militares.
“En el archivo consta una comunicación entre el embajador argentino Lucio Alberto García de Solar y Elliott Abrams, funcionario de la Secretaría de Estado de ese país, durante 1982, en la cual se informa que los desaparecidos están muertos, pero que sus hijos han sido entregados a otras familias para ser criados y que la decisión del entonces presidente de facto, Reynaldo Bignone, era no revisar el tema”, señalan las Abuelas en un mensaje.
Bignone fue el último presidente de facto de la dictadura entre julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983, y fue condenado este año a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. Su respuesta a Abrams demuestra que los gobiernos militares tenían una política en el caso de niños en los centros clandestinos de detención, aunque intentaron negarlo en los juicios.
Al agradecer el acceso a esta información, las Abuelas sostienen: Esperamos que este sea el inicio de la desclasificación de todos los documentos con que cuenta Estados Unidos de América, en particular de agencias como la CIA y el FBI, para contribuir al esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en nuestro país
.
El juicio iniciado en los años 90 por Abuelas logró grandes avances en tiempos recientes con documentos y testimonios que han sensibilizado a la población ante la perversidad de ese plan, mediante el cual unos 500 niños fueron robados, tanto los que nacían en cautiverio como en el caso de secuestros de parejas con hijos pequeños sometidos a la misma situación.
Más de 100 de esos niños han sido recuperados por las Abuelas.
Provocación británica
En tanto, existe una fuerte reacción gubernamental y de diversos sectores políticos después de que el premier británico, David Cameron, ratificó que no entregará la soberanía
de las islas Malvinas, que pertenecen a Argentina y están ocupadas colonialmente desde 1833.
En un mensaje navideño a los habitantes británicos de las islas (kelpers), Cameron criticó que Argentina siga con sus esfuerzos injustificados y contraproducentes para impedir la navegación alrededor del archipiélago
, y rechazó la decisión del pasado 19 de diciembre del Mercado Común del Sur (Mercosur) de bloquear el acceso a puertos de buques que tengan como destino esas islas.
Cameron consideró que ello impide que los empresarios lleven a cabo un comercio legítimo
, y prometió a los kelpers que siempre vamos a mantener nuestro compromiso sobre cualquier cuestión de la soberanía. La base de nuestra política es nuestro derecho a la autodeterminación
.
En su mensaje nada negociador, el premier dijo que era inaceptable
la actitud argentina que reclama la descolonización de las Malvinas, situadas en aguas argentinas, a unos 480 kilómetros de la costa patagónica y a más de 10 mil kilómetros de Gran Bretaña.
Por resolución de Naciones Unidas se obliga a negociar la descolonización, pero Gran Bretaña viola las leyes internacionales al dar permisos de pesca, realizar exploraciones en busca de petróleo alrededor del archipiélago y más grave aún es la instalación de una base militar en el lugar aduciendo la defensa
de un territorio que no le pertenece.
Se justifican con el hecho de que el 2 de abril de 1982 el presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri lanzó una acción militar para recuperar las islas, lo que desató la llamada guerra del Atlántico Sur, cuando Gran Bretaña envió su poderosa flota, con ayuda de Estados Unidos y el régimen de Augusto Pinochet en Chile.
La dispar guerra terminó con la derrota argentina en junio de ese año y ahora la base británica amenaza a Argentina y América Latina, como se ha denunciado.
Esta tarde se conoció aquí que el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, pidió a su homólogo uruguayo, Luis Almagro, que los buques con bandera de islas Malvinas tengan acceso a los puertos de ese país. Pero Almagro mantuvo la posición adoptada por el presidente uruguayo, José Mujica, quien ordenó impedir el ingreso de esas embarcaciones al puerto de Montevideo, resolución que también adoptaron los presidentes que integran el Mercosur.