Obispos de la Iglesia católica confiaron que en 2012 México logre superar la violencia y construya la paz.

En sus mensajes de Navidad y Año Nuevo, expresaron que en este periodo en que se conmemora el nacimiento de Jesús, se acrecienta la sensibilidad hacia la paz, no sólo como valor social sino como una experiencia espiritual necesaria para vivir con sentido y en plenitud.

Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Acapulco, sostuvo que existe la esperanza necesaria para plantear que podemos superar las realidades sombrías que han marcado este año 2011.

Aseguró: podemos emprender siempre el camino de la construcción de la paz, a partir del encuentro con Jesucristo pese a que el panorama se presente difícil, y mencionó algunas de las situaciones que prevalecieron en este año, entre ellas, las descalificaciones, la desconfianza e incertidumbre, la violencia en todas sus expresiones, las calumnias, las injusticias sociales, los secuestros, enfrentamientos armados y guerras sangrientas a causa del narcotráfico y la corrupción.

Se refirió también la lacerante y dolorosa situación que hemos vivido en estos tiempos en el estado de Guerrero y particularmente en el puerto de Acapulco.

Enrique Sánchez Martínez, obispo auxiliar de Durango, señaló que la inseguridad y la violencia crecen, no hay poder político, militar, policiaco que detenga al crimen organizado. También hizo mención de la sequía que ha golpeado al norte del país y en Durango ha agravado la crisis; los reportes de prensa indican que seis de cada 10 duranguenses son pobres.

Rogelio Cabrera López, arzobispo de Tuxtla, indicó que existen muchas realidades que preocupan: las zozobras económicas, las próximas elecciones, la marcada violencia e inseguridad, el rezago educativo, el relativismo moral, el desencanto de las instituciones familiares y religiosas, la superficialidad de los medios de comunicación”, pero indicó que en esta época lo que debe prevalecer es el amor.

Mario Espinosa Contreras, obispo de Mazatlán, señaló que la paz no es sólo ausencia de conflictos, violencia o guerras, sino una vida en plenitud. Retomando palabras de San Juan Bosco indicó: no basta amar, hay que manifestar el amor; el amor no sólo depende de la buena voluntad de las personas, necesita de la educación de la personalidad, del carácter y temperamento.

Aparte, integrantes de diversas confesiones cristianas llamaron a sus feligreses a no resignarse a la violencia y coincidieron en la urgencia de orar por los líderes y gobernantes del país. Líderes de credos integrantes del Consejo Interreligioso de México también destacaron la importancia de erradicar la violencia desde la familia, el hecho de que la paz es mucho más que la ausencia de conflictos, y criticaron a quienes utilizan el nombre de Dios para odiar al hermano.