El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, definió ayer el combate a la delincuencia organizada como una lucha de Estado, que no podía esperar a ver si algún día los delincuentes dejaban de asediar a la población. ¡Por ningún motivo, era urgente!

Al encabezar en Ecatepec la ceremonia por el 196 aniversario del fusilamiento de José María Morelos y Pavón, el funcionario federal llamó a un acuerdo para mantener la firmeza de las instituciones y darles mayor blindaje de cara a los embates de una criminalidad, que en algunas regiones y zonas actúa y opera en la búsqueda de espacios de impunidad.

En el Museo Casa Morelos, donde el militar insurgente fue fusilado, Poiré insistió en la defensa de la política de Felipe Calderón contra las bandas criminales, iniciada hace cinco años.

Argumentó que se puso en marcha como respuesta para atender, en lo inmediato, la mayor demanda de los ciudadanos y que, cuestionó, no había sido atendida desde hace más de una década en algunas regiones del país, aunque no detalló cuáles.

En su discurso, expuso que si Morelos murió para contribuir a la construcción de un México independiente, hoy el llamado de la patria es a combatir a quienes atentan contra la vida, la libertad, la tranquilidad, la integridad y las libertades de nuestras comunidades. Este es el llamado al que todos estamos dispuestos y puestos a atender.

Sin embargo, expuso que al mismo tiempo la actual administración emprendió una política social, porque era indispensable actuar de manera simul- tánea al combate a las organizaciones delictivas, y emprender una transformación institucional sin precedentes en las instituciones de seguridad y de justicia.

De acuerdo con Poiré, en los cinco años recientes la administración de Calderón emprendió una tarea en materia de educación, salud y oportunidades y aplicó una política a partir de tres componentes: combate a la delincuencia, transformación institucional y atención al tejido social.

En los hechos, la lucha por la seguridad, la lucha de Estado, hace honor a los principios de igualdad, de justicia y de que todos debemos estar al amparo de la ley, que inspiraron al Siervo de la Nación.

Esta lucha, insistió, se ha dado además en un marco de división de poderes, de pluralidad y respeto a la legalidad, pero también impulsando el desarrollo de las capacidades de los tres órdenes de gobierno, para que cada quien asuma su responsabilidad, y seamos complementarios en la atención de este fenómeno.

El titular de Gobernación consideró que ahora además la política de combate a la inseguridad debe articularse con otras agendas, como el combate a la desigualdad, a la generación y búsqueda de mayores y mejores oportunidades de desarrollo.

Antes, el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, planteó al gobierno federal que en las elecciones presidenciales de 2012 exista la garantía de que los electores acudirán con tranquilidad a las urnas. Si bien a los partidos y candidatos les toca competir, a los gobiernos les corresponde coincidir, expresó.

También, se dijo un firme aliado del gobierno federal para el desarrollo y fortalecimiento de la democracia, en un entorno de paz y legalidad, y sostuvo que la tarea de las administraciones debe garantizar que la sociedad se sienta protegida.

La ceremonia se desarrollo en sólo una hora, desde la ofrenda floral colocada al pie de la máscara mortuoria del prócer, y los discursos de Poiré, del gobernador y el alcalde sustituto de Ecatepec, Indalecio Ríos Velázquez.