Convertido a sus 40 años en uno de los más importantes guitarristas en el panorama de la música de concierto en México, merced sobre todo a su trabajo dentro del repertorio contemporáneo, Pablo Gómez recuerda un tanto divertido que su acercamiento con ese instrumento fue circunstancial.

Esto ocurrió, según refiere, cuando apenas tenía nueve años y padecía ciertos problemas de coordinación física, por lo que su mamá buscó una terapia y encontró que una de las mejores era mediante la práctica de la música. Y como no le alcanzaba para un piano, pues me compró una guitarra.

El embrujo de ese instrumento fue inmediato y permanente, gracias al sonido y las posibilidades casi ilimitadas que ofrece, comenta el intérprete, quien se encuentra de visita en la capital de la República –desde hace dos años reside en California, Estados Unidos– para participar en el homenaje póstumo que este domingo recibirá el violista Omar Hernández-Hidalgo.

Este tributo tiene lugar a casi un año de que ese músico apareció asesinado en la ciudad de Tijuana (la fecha exacta es el 6 de junio de 2010), sin que hasta la fecha se conozca de forma pública el estado de las investigaciones policiacas del crimen.

El acto consistirá en un concierto en el Conservatorio Nacional, como parte del cuarto programa del 33 Foro de Música Nueva, en el que se hará el estreno mundial de Un ramo para Omar, que se trata de una obra que Omar Hernández alcanzó a encargar al compositor Hebert Vázquez, poco antes de que ocurriera su cruenta muerte.

“El título original de la obra era Triple concierto, pero Hebert decidió cambiarle el nombre a raíz de lo ocurrido. La desaparición de Omar es algo que nos sigue doliendo a muchos, porque era un músico excepcional y excelente ser”, destaca Pablo Gómez en entrevista.

Dividida en tres movimientos, la interpretación de esa pieza estará a cargo del ensamble Tempus Fugit, dirigido por Christian Gohmer; como solistas participarán el propio guitarrista, el flautista Wilfrido Terrazas y el violista Christophe Desjardins.

El proyecto original era que esta pieza fuera tocada por el ensamble que Omar, Wilfrido y yo formamos durante dos años, el Trío Espiral. La parte de Omar será interpretada por Christophe Desjardins, quien fue su maestro y lo apreciaba mucho; es un violista muy importante, miembro del Ensemble InterContemporain.

Esta será la única presentación que Pablo Gómez realizará en esta visita al país, adonde regresará en agosto y septiembre para ofrecer sendas actuaciones en Morelia y la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.

La estadía del guitarrista en Estados Unidos se debe a que actualmente realiza allí su doctorado, en la Universidad de California, en San Diego, en la que además es maestro de la especialidad a nivel licenciatura.

Amplios panoramas

Formado dentro de las escuelas interpretativas del uruguayo Abel Carlevaro y el italiano Angelo Gilardino, la orientación del músico hacia el repertorio guitarrístico contemporáneo responde a que éste le ha ofrecido un panorama mucho más grande, diverso y variado que el tradicional.

Tengo oportunidad de hacer música de diversos tipos: electrónica, con ensambles de diferentes dotaciones, combinaciones que no existen en el repertorio tradicional del instrumento. Esta es una vertiente que me ha abierto muchas puertas, comenta.

“Eso no significa que me encasille sólo en ese tipo de música. He tocado, por ejemplo, los conciertos de Aranjuez y del Sur. Para mí es muy rico y gratificante cada vez que puedo hacer algo de repertorio tradicional; después de hacer música atonal, tocar con armonía consonante es un placer.”

A lo largo de la carrera de Pablo Gómez, son ya muchos los compositores que le han dedicado obra, tanto mexicanos como extranjeros. Entre ellos se encuentra Roger Reynolds, uno de los autores estadunidenses más importantes en la actualidad, ganador del Premio Pulitzer.

Apenas el pasado febrero, el artista mexicano presentó en la ciudad de Washington dos obras de ese creador, interpretaciones que merecieron críticas favorables y elogios en importantes medios impresos, entre ellos el Washington Post.

De acuerdo con el guitarrista, la baja sonoridad de este instrumento fue un aspecto que limitó durante varias décadas su presencia en el ámbito de la música de concierto.

Pero eso ya quedó superado, gracias a que se ha avanzado en su diseño, el material de las cuerdas y la posibilidad de sonorizarla, subraya. Sin duda, es un instrumento en auge y al cual hay aún mucho partido que sacarle.