Los problemas de deficiencia en la calidad de los servicios que presta el Hospital General Darío Fernández, del ISSSTE, se deben a la insuficiente capacidad física instalada del inmueble, así como al crecimiento de 23 por ciento que ha registrado la derechohabiencia en los pasados cuatro años, la cual ha debido atenderse con la misma infraestructura, afirmó Jesús Villalobos, director del instituto.

Señaló que parte del remedio a esta situación, que también se presenta en otros hospitales del organismo, está en la subrogación de servicios. Como prevé la ley –explicó–, cuando por cualquier causa el ISSSTE no pueda proporcionar la atención médica que requieran los pacientes, puede recurrir a otras instituciones del sector salud o a servicios privados.

Para ello –dijo– existe un programa con una lista de pacientes, cuya consulta o cirugía se resuelven por medio de este esquema. En el caso del hospital Darío Fernández hay 711 consultas pendientes, de las cuales ya se proporcionaron 301, y el resto tendrán lugar en los próximos 14 días, aseguró.

Los lineamientos para evitar rezago en los servicios indican que en la unidad médica las citas para estudios de gabinete no deben tardar más de siete días; las consultas de primera vez se deben dar en menos de 14 y la espera para una cirugía de especialidad tendrá que ser menor a 20. Si esto no es posible por cualquier motivo, se recurre a la subrogación.

En entrevista, el funcionario señaló que las condiciones físicas del Darío Fernández no son óptimas, y mencionó por ejemplo que trabaja con cinco quirófanos, donde entre enero y abril se realizaron mil 226 cirugías, es decir, más de dos al día, los siete días de la semana.

Explicó que el ISSSTE solicitó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios una revisión del inmueble, de la cual resultaron alrededor de 40 recomendaciones: tres cuartas partes ya se atendieron y las que faltan están en 90 por ciento.

Villalobos aseguró que el área de cirugía de corta estancia –cerrada desde hace más de un año– se abrirá muy pronto, aunque también comentó que el nosocomio, al igual que el resto de las unidades médicas del instituto, requiere una solución integral para atender la problemática de la derechohabiencia que solicita servicios.

Otra alternativa es la creación de unidades periféricas que contribuyan a reducir la demanda de servicios que enfrenta el hospital, ante la imposibilidad de ampliar el inmueble.

Comentó que de 2007 a la fecha el ISSSTE ha recurrido a la subrogación de servicios para atender 530 mil cirugías de especialidad y consultas de primera vez, lo que es poco para el tamaño del instituto, que al año otorga 23 millones de consultas, indicó.

Respecto a las recomendaciones que ha emitido la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, señaló que todas se aceptaron y se acordó con el ombudsman realizar programas de capacitación sobre las normas oficiales mexicanas que contienen los lineamientos para la atención de enfermedades. El incumplimiento de la normatividad en estos temas ha sido recurrente en el hospital Darío Fernández y, de acuerdo con personal del nosocomio, todo sigue igual, es decir, los expedientes están incompletos, sin nombres y/o firmas de los médicos tratantes y con información incompleta sobre diagnósticos y tratamientos de los enfermos.

Sobre los señalamientos de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, dijo que hay un proceso judicial en curso, por lo que el conflicto se resolverá en esa instancia.