La mujer que lo acusa de agresión sexual ya testificó en EU ante un gran jurado
Mayoría de franceses sospecha que cayó en un complot para desacreditarlo políticamente
Jueves 19 de mayo de 2011, p. 22
Nueva York, 18 de mayo. Dominique Strauss-Kahn renunció a su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), se informó anoche.
Previamente había logrado una nueva evaluación judicial para intentar obtener su libertad bajo fianza, mientras la mujer que lo acusa de agresión sexual violenta testificó ante un gran jurado como parte del proceso judicial que apenas comienza en esta ciudad.
Una mayoría de franceses sospecha que Strauss-Kahn cayó en un complot para desacreditarlo políticamente. En paralelo, se incrementó la presión para poner fin a su carrera como director del FMI. Si no lograba salir bajo fianza o si le imponían medidas muy restrictivas, funcionarios del FMI comentaron que la junta directiva esperaría su renuncia, cosa que ocurrió anoche, reportó la agencia Ap.
La recamarera e inmigrante africana musulmana de 32 años que acusa a Strauss-Kahn estaba citada hoy para comparecer ante un gran jurado, entre otros testigos, informó su abogado Jeffrey Shapiro. En el sistema judicial estadunidense un gran jurado (integrado por ciudadanos) es convocado en un proceso secreto para evaluar pruebas y determinar si son suficientes para presentar un auto de acusación necesario para que los fiscales procedan a un juicio.
Los fiscales buscan tener la acusación judicial lista el viernes y presentarla en la audiencia programada ante el tribunal criminal encargado del caso, ya que sin ello podrían verse obligados a permitir la excarcelación de Strauss-Kahn. Por ahora la acusación consta de siete cargos, incluyendo intento de violación, retención forzada y otros delitos sexuales; el más severo implica una condena potencial de 25 años de cárcel.
Por su parte, los abogados de Strauss-Kahn lograron esta tarde obtener una nueva audiencia judicial para solicitar la libertad bajo fianza de su cliente, quien permanece bajo custodia protectiva
y vigilancia antisuicidio
en una celda solitaria en el complejo carcelario de Rikers Island de esta ciudad, reportó Reuters.
En la solicitud, sus abogados afirman que Strauss-Kahn estaba dispuesto a permanecer en esta ciudad, a que le coloquen un aparato electrónico en el tobillo para vigilar sus movimientos y pagar un millón de dólares de fianza, informó el New York Times. Ya que la primera juez de un tribunal criminal de la ciudad de Nueva York rechazó esta petición, el lunes pasado, esta vez los abogados la presentaron a un juez de la división criminal del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York.
A todo esto, el abogado de la recamarera rechazó nuevamente un posible argumento de la defensa de Strauss-Kahn de que el contacto sexual fue consensuado. Creo que cuando un jurado escuche su testimonio y la vean en persona, cuando finalmente presentará públicamente esto y cuente su historia, sus aseveraciones de sexo consensuado
quedarán expuestas como falsas. No hay nada consensuado en lo que ocurrió en ese cuarto de hotel
, reiteró Shapiro en una entrevista con el Today Show de NBC.
Mientras tanto, un reporte del tabloide conservador New York Post –el diario neoyorquino de menor credibilidad– de que la mujer reside en un edificio exclusivo para personas que padecen de sida o VIH generó intenso debate. Activistas denunciaron que esa afirmación sólo sirve para estigmatizar más a los que padecen la enfermedad. Por su parte, el abogado de la mujer desmintió la noticia. Absolutamente no
está viviendo ahí, sino en un departamento subarrendado en el Bronx, y esa afirmación es atroz
, dijo el abogado.
¿Complot?
Para la mayoría de los franceses (57 por ciento) Strauss-Kahn –quien gozaba de amplia ventaja en las preferencias para ser presidente de Francia en 2012 (incluso antes de declararse candidato de su Partido Socialista)– fue víctima de un complot. Así opinó 70 por ciento de los simpatizantes de su partido, según la encuesta de CSA realizada antes de su primera aparición ante un tribunal el pasado lunes.
Las teorías sobre conspiraciones abundan en Francia, y por supuesto las sospechas recaen sobre el presidente Nicolas Sarkozy y su presunta intención de desgraciar a su rival político más peligroso. Sin embargo, otras incluyen especulación de que por alguna razón el gobierno estadunidense deseaba deshacerse del director pro europeo
, reporta The Independent. Otras indican que sus enemigos lograron sobornar a la recamarera para acusar a Strauss-Kahn de violación sexual.
Eso sí, la particular rutina en casos criminales de mostrar esposado al acusado provocó escándalo en Francia (donde esa práctica está prohibida). En lo que se llama el perp walk (la caminata del perpetrador de un delito) ante las cámaras y los medios, los acusados desfilan escoltados por guardias o policías al transitar en público en una delegación o en los tribunales.
Los franceses denunciaron lo que llamaron un espectáculo
, cuando las imágenes de Strauss-Kahn esposado y sin rasurar dieron la vuelta al mundo. Reprocharon que eso genera la impresión de culpabilidad antes de un juicio y que viola la sagrada presunción de inocencia
que impera en los procesos judiciales.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, aceptó que tal cosa es humillante, pero defendió la práctica: “si no quieres hacer el perp walk, no cometas el delito”, dijo.
Mientras tanto, en parte para descartar la especulación de que su cliente es parte de algún complot o tiene alguna motivación al denunciar la agresión, el abogado de la mujer atacada insistió en que es una simple recamarera que estaba entrando a un cuarto para hacer el aseo
y es una joven mujer muy propia y digna
, que no supo quién era Strauss-Kahn hasta ver los noticieros. Subrayó que la mujer desea mantener su anonimato porque tiene mucho miedo de que algo le pueda ocurrir, se siente muy amenazada
por toda esta atención mundial.
El futuro de Strauss-Kahn en el FMI empeoraba con cada día, afirman expertos. No puedo pensar en un ejecutivo empresarial en el mundo de hoy que pudiera sobrevivir a esto. Piensen en esto como una empresa. Dirían: vamos a perder clientes, los medios nos matarán, el movimiento de las mujeres enloquecerá... nos hará ver como responsables si no nos deshacemos de este tipo
, comentó Robert Bennett al Washington Post. Bennett es el abogado que representó a Bill Clinton en el escándalo sexual de Monica Lewinsky, y también a Paul Wolfowitz antes de renunciar al Banco Mundial, también por una aventura romántica.