Los ganaderos del país tienen mucho miedo de hablar sobre el clima de inseguridad y violencia que viven, y es por eso que la mayoría prefiere mantenerse en silencio y no presentar denuncias ni declarar nada, y de esa forma no tener más problemas con el crimen organizado, lamentaron miembros de organizaciones de pequeños y medianos productores.

Armando Chávez Loyo, secretario del comité directivo de la Unión Regional Ganadera Llave del Sureste –con presencia en los estados de Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo–, admitió que el gremio ha sufrido por la inseguridad en todo el país, a tal punto que muchos de sus integrantes prefieren guardar un silencio absoluto al respecto.

En el área donde yo trabajo hay una situación aparentemente tranquila, aunque sí ha habido algunos atentados. Nosotros agrupamos a pequeños productores que han sufrido robo de ganado, pero se manejan de forma muy discreta. Hay mucho miedo de hablar y por eso se mantienen en silencio, para no meterse en más problemas, señaló.

La paz tensa que se respira en buena parte del país en realidad enmascara un temor a denunciar, a decir, a acusar. Ahorita estoy siendo muy cauto al contestarte, porque somos parte del México que vive con miedo. Somos miembros de una ciudadanía que piensa mucho para hablar.

A lo anterior se suma el alto costo de los insumos, en particular el alimento para el ganado, así como las afectaciones por el cambio climático y la falta de infraestructura adecuada para explotar la potencialidad del sector. Todo eso forma parte de la incertidumbre que tenemos ahora.

La Jornada buscó a representantes de tres organizaciones ganaderas más, pero en ninguna de ellas alguien quiso manifestarse sobre el tema, por temor a represalias.

Al preguntarles por qué se negaban a conceder una entrevista telefónica, incluso bajo condición de anonimato, sólo uno de los personajes consultados explicó su decisión: No tengo ninguna opinión sobre el tema, porque no tengo guardaespaldas que me cuiden.