Trípoli, 7 de mayo. Efectivos del ejército libio y fuerzas rebeldes intensificaron este sábado los combates en el paso fronterizo de Wassin y al menos cuatro proyectiles cayeron en la ciudad fronteriza tunecina de Dehiba, al tiempo que al menos nueve combatientes insurgentes fallecieron y unos 50 resultaron heridos durante combates cerca de Zenten, en las montañas ubicadas al suroeste de Trípoli.

En tanto, en horas de la noche fuerzas gubernamentales bombardearon grandes tanques de almacenamiento de combustible en la ciudad occidental de Misurata, en disputa, destruyendo las instalaciones y desatando un gigantesco incendio, anunciaron este sábado las fuerzas rebeldes.

Se trata de la última ciudad que queda en el oeste del país bajo control de la insurrección.

Al escalar nuevamente los combates en la frontera, las escuelas fueron evacuadas y los residentes corrieron a refugiarse en la ciudad tunecina de Dehiba, que en las últimas semanas ha sido impactada repetidamente por una serie de morteros, mientras los rivales libios luchan por el control de un cruce fronterizo cercano.

Columnas de humo y piedras marcaban el lugar donde habían caído cuatro proyectiles sobre el territorio tunecino. El sonido de disparos de armas pesadas y ligeras se podía escuchar hasta cuatro kilómetros dentro en Libia, dijo a la prensa un testigo.

Ya la semana pasada Túnez protestó ante Trípoli por disparos que impactaron en su territorio.

En paralelo, se informó que el Ministerio de Justicia libio prepara un proyecto de ley de amnistía para quienes participaron desde febrero en la revuelta contra el gobierno de Muammar Kadafi, luego de una reunión de las autoridades en Trípoli con jefes tribales, que así lo solicitaron a fin de poner fin a la guerra civil.

La localidad portuaria de Misurata ha permanecido en estado de sitio por más de dos meses y ha sido testigo de algunas de las más cruentas batallas entre fuerzas de Kadafi y los rebeldes.

Pero esta vez el ataque nocturno cayó sobre el combustible usado para exportaciones y consumo interno, y constituye un golpe a la posibilidad de resistir el asedio, indicaron fuentes rebeldes.

Cuatro tanques (de combustible) fueron totalmente destruidos y se desató un gigantesco incendio, que se extendió ahora a los otros cuatro. No podemos extinguirlo porque no tenemos las herramientas adecuadas, dijo el portavoz de los insurgentes, Ahmed Hassan. Agregó que ahora la ciudad enfrentará problemas porque el combustible perdido era para unos tres meses.

Hassan afirmó que para el ataque en Qasr Ahmed las fuerzas del gobierno enviaron pequeños aviones que normalmente se utilizan para rociar pesticidas.

Más tarde dijo a la cadena Al Jazeera que tres helicópteros con la insignia de la Media Luna Roja llevaron a cabo el ataque con cohetes, que cayeron sobre tres tanques de combustible de la empresa Brega Oil Company.

Según los rebeldes, las fuerzas leales también han utilizado helicópteros con el emblema de la Cruz Roja para sembrar minas en aguas del puerto de Misurata.

Los rebeldes notificaron a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que les brinda apoyo militar, acerca de los aviones antes del ataque, pero no hubo respuesta, dijo Hassan.

Fuerzas de la OTAN destruyeron el mes pasado al menos un helicóptero que estaba en misión de reconocimiento sobre Misurata, de acuerdo con los rebeldes.

El vocero del Consejo Nacional de Transición, el órgano político de los rebeldes en la ciudad de Bengasi, Abdel Hafiz Ghoga, anunció que habían alcanzado un acuerdo con el gobierno de Italia para que les suministre armas y que pronto les serán entregadas.

Hasta la fecha, varios consejeros militares de ese país europeo, así como de Francia y Gran Bretaña, se encuentran en Bengasi para brindarles asesoría.

En Roma, un vocero de la cancillería italiana negó que exista algún tipo de acuerdo para entregarles material bélico a los rebeldes. No ha habido acuerdo para suministrarles armas, dijo.