León, Gto., 5 de mayo. Para el Partido Acción Nacional (PAN), los asesinatos de mujeres en Guanajuato no quedarán impunes gracias a la agravante que se aplicará ‘cuando se trate de crímenes por cuestiones de género. Esto surte el mismo efecto que tipificar el feminicidio como delito, sostuvo el dirigente estatal del blanquiazul, Fernando Torres Graciano.

A pesar de que el gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez y el coordinador de los diputados panistas, Gerardo Trujillo, se comprometieron a evaluar a fondo la tipificación del feminicidio, la comisión especial integrada por representantes de los tres poderes del estado para la reforma al Código Penal no abordó el tema.

Presionados por los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), únicamente aceptaron incluir la agravante cuando el homicidio sea por cuestiones de género y castigarlo con penas de 25 a 30 años de prisión.

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio afirmó que gobernantes y diputados del PAN desprecian y ejercen violencia institucional al no reconocer el problema de los crímenes contra mujeres, que de 2008 a la fecha suman 138.

El tema no es cómo le vamos a llamar al delito; le podemos poner el nombre que queramos. El tema es que se atienda de manera particular, y si la decisión fue poner una agravante, surte el mismo efecto que ponerlo como un delito separado, consideró.

El líder del blanquiazul en Guanajuato agregó que jurídicamente no hay gran diferencia entre un agravante y un delito independiente, porque hay sanción y no impunidad.

Dijo que a los panistas no les asusta el tema de los crímenes de mujeres, como afirmó el legislador priísta Gerardo Gutiérrez Chico, y negó que el rechazo a crear un tipo penal –del que algunos pretenden sacar ventaja política, dijo– responda a cuestiones ideológicas.

No veo cuál es el tema ideológico. En el homicidio de una persona no tiene que ver si es mujer, hombre, niño o un adulto mayor; es la misma dignidad, es una persona y no tiene que ver con el sexo o con qué edad tenía. No es por ahí, refirió.

–¿Por qué no tipificar el feminicidio? –se le preguntó.

–¿Cuál sería la diferencia? ¿Cuál es la insistencia en querer ponerle un nombre si desde el punto de vista de la aplicación de la norma el tema se atenderá? Lo que vale aquí es la vida; ése es el valor a cuidar, no la circunstancia –concluyó.