Rechaza que la violencia en el país se deba a la actuación del gobierno federal
a los que no se puso alto a tiempo: Poiré
En Jalisco, Colima y Nayarit se frenaron los asesinatos tras la detención de Ignacio Coronel
Miércoles 4 de mayo de 2011, p. 10
El secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré Romero, rechazó que la violencia en el país se deba a la actuación del gobierno federal contra los grupos del crimen organizado y afirmó que los homicidios son resultado de la confrontación de bandas criminales
a las que no se les puso un alto a tiempo
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En conferencia de prensa realizada en la residencia oficial de Los Pinos, indicó que el problema de la violencia no se ha resuelto, pero en algunos casos, como el de Ciudad Juárez, el número de homicidios ha disminuido.
El funcionario aseveró: “Es falso que la captura o muerte de líderes criminales haya sido la causa del incremento de la violencia en ciertas regiones del país. Desde el inicio de la administración, el gobierno de la República ha confrontado con toda firmeza a las bandas criminales, porque es indispensable debilitarlas para poder construir instituciones de seguridad pública más robustas, que permitan abatir los delitos de manera sistemática y permanente.
Lo hacemos con la convicción de que la violencia, de que los homicidios, son resultado de la confrontación entre bandas criminales que crecieron durante muchos años y a las que no se les paró (sic) el alto a tiempo. Lo hacemos porque se cuenta con una estrategia integral que a la vez que debilita a estos liderazgos criminales, reconstruye el tejido social al ofrecer más salud, más educación y más espacios para la prevención y rehabilitación de adicciones que nunca, y que promueve las transformaciones institucionales indispensables, con el apoyo del Congreso, para poder combatir desde los tres órdenes de gobierno, con la máxima eficacia, al crimen y a la impunidad
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Para sustentar sus afirmaciones de que ha disminuido la criminalidad en algunas regiones del país, Poiré señaló que antes de la muerte de Ignacio Coronel Villarreal, en los estados de Jalisco, Colima y Nayarit la violencia aumentaba a un ritmo de seis fallecimientos cada cinco semanas, y después de que ese sujeto fue abatido por militares la estadística sólo aumentó en un fallecimiento más cada cinco semanas.