Si bien la reforma política recientemente aprobada por el Senado introdujo avances sustanciales en demandas añejas, como las candidaturas independientes o la relección de legisladores, requerirá sustanciales cambios en la legislación secundaria para poder ser instrumentada. De entrada, el sistema electoral mexicano, en su esquema de financiamiento de campañas y fiscalización de los gastos, está orientado exclusivamente a los partidos y requerirá de cambios radicales, coinciden consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE).

Francisco Guerrero y Alfredo Figueroa destacaron que los tiempos para su aprobación son muy estrechos (faltan la Cámara de Diputados y los congresos locales), dado que el plazo para concretar la reforma y aplicarla en 2012 es de 90 días antes del arranque del proceso electoral, que comienza en octubre, esto es, a principios de julio debería quedar completada. Más allá de que finalmente sea aplicable en los próximos comicios, ambos consejeros celebraron los avances en materias como candidaturas independientes, relección de legisladores e iniciativa preferente, entre otras.

Al mismo tiempo, confiaron en que, mediante un periodo extraordinario, se pueda aprobar alguna de las principales demandas del IFE –cambios al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales–, relacionadas con los cómputos distritales, sus plazos y el personal que puede estar involucrado en los cómputos.

Guerrero subrayó que esa reforma mínima es fundamental para legalizar garantías del cumplimiento de plazos que, en caso de no darse, obligaría al IFE a subsanar las deficiencias de ley, mediante acuerdos, a fin de que en los plazos fijados para el cómputo de votos el organismo pudiera eventualmente recontar toda la demanda de paquetes para las tres elecciones a efectuarse: Presidencia, senadores y diputados.