Trabajadores indocumentados claman en las calles de NY: Obama, nos engañaste
Inmigrantes exigen respeto a sus derechos laborales
Reducida participación en las marchas
Lunes 2 de mayo de 2011, p. 23
Nueva York, 1º de mayo. Una vez más los inmigrantes resucitaron los ecos de los mártires de Chicago y la lucha por el respeto y la dignidad de los trabajadores en este país donde no se celebra de manera oficial el primero de mayo, a pesar de que nació aquí.
Las marchas y mítines de hoy en diversas ciudades y pueblos de este país fueron muy reducidas en comparación con las manifestaciones masivas de millones de inmigrantes y sus simpatizantes en 2006. Sin embargo, durante los últimos cinco años los inmigrantes han logrado que sindicatos, organizaciones comunitarias, diversas agrupaciones progresistas y de derechos civiles y religiosos ahora definan el día como de lucha por los derechos humanos y laborales de los trabajadores.
Aquí en Nueva York, un mosaico internacional marchó por Broadway: mexicanos, asiáticos, filipinos, ecuatorianos, africanos, centroamericanos, entre otros, expresaron su demanda de poner fin a las deportaciones, una reforma migratoria y la legalización de los indocumentados. Ningún ser humano es ilegal
se leía en pancartas, mientras se coreaba: Obama, escucha, estamos en la lucha
, así como “el que no brinque es migra” y todos somos inmigrantes
. Imágenes del Che en camisetas, la Virgen de Guadalupe sobre una bandera mexicana, un Viva Zapata, mezclados con mensajes de solidaridad
en árabe y otros idiomas, pasaban a ritmo de tambores y una banda de metales. Estudiantes inmigrantes exigieron una reforma que les permita continuar sus estudios a pesar de no tener documentos, mientras vendedores ambulantes y trabajadoras domésticas demandaban respeto a sus derechos. Como muestra del creciente desencanto con el fracaso del presidente Barack Obama en impulsar una reforma migratoria mientras deporta a cada vez más indocumentados, se escuchaba: Obama, nos engañaste
.
La marcha se sumó a un mitin organizado por los sindicatos de Nueva York en la Plaza Foley, donde dirigentes de trabajadores de servicios, municipales, de la confección, comunicación, camioneros, de alimentos, construcción y transporte llamaron a frenar los recortes presupuestales y los ceses de trabajadores públicos, dejar de privilegiar a Wall Street por encima de los intereses de los trabajadores, y pidieron respeto a los derechos laborales de los inmigrantes.
Estas consignas e imágenes se repitieron en varias entidades del país. En Los Ángeles las divisiones dentro del movimiento inmigrante provocaron una marcha con escasa participación, estimada entre 3 mil y 10 mil personas, mientras en Chicago marcharon sólo algunos cientos de trabajadores. También hubo movilizaciones en Wisconsin, Ohio, Utah, Washington, Connecticut y Massachusetts. En todas se evidenció la desilusión de que la elección de Obama no ha resultado en reformas a las leyes migratorias, mientras los inmigrantes continúan enfrentando más iniciativas antimigrantes y padecen de manera más severa las consecuencias de la peor recesión económica desde la gran depresión.
Sin embargo, el potencial de las alianzas no sólo entre inmigrantes de diferentes regiones sino entre sindicatos, estudiantes, organizaciones de derechos civiles y más continúa generando esperanza por un movimiento más amplio que, como mostró la resistencia masiva frente a ataques contra los derechos sindicales en Wisconsin, podrá transformar la realidad política en este país, indicaron varios organizadores de estos actos.