Madrid, 28 de abril. El martes llegó a la sede de la principal agrupación de empresarios vascos y navarros una carta con el sello de la organización armada vasca ETA en la que les informa que la exigencia del pago del impuesto revolucionario que ha solido realizar queda cancelada. Después de verificar la veracidad del documento, los empresarios informaron sobre el texto, el primero de estas características en la historia del grupo armado.

Tras el alto el fuego general y verificable decretado el pasado 10 enero, ETA no había oficializado la suspensión de una de sus principales fuentes de financiamiento, el llamado impuesto revolucionario, la demanda del pago de una determinada cantidad de dinero bajo la amenaza de sufrir atentados o secuestros.

Según confirmó José Antonio Sarría, el presidente de la patronal navarra, la última remesa de cartas en las que ETA exigió el pago a los empresarios fue en octubre del año pasado, pero que ahora el grupo armado comunicó que ese impuesto revolucionario queda suspendido en el contexto de la propia tregua decretada para abrir un nuevo proceso de pacificación para el histórico conflicto.

Los empresarios calificaron de positivo y esperanzador que ETA haya dado este paso, después de muchos años y procesos de paz fallidos, en los que las agrupaciones empresariales denunciaron que a pesar de las treguas se había mantenido la exigencia del pago.

De su lado, uno de los voceros de la coalición abertzale (nacionalista) Bildu, Oskar Matute, ratificó el carácter pacífico y ajeno a ETA de esa alianza entre dos partidos –Eusko Alkartasuna y Alternatiba–, además de ciudadanos independientes y calificó de absolutamente absurdo y un sin sentido la persecución política por parte del Estado español.

La justicia debe responder el próximo sábado a la impugnación hecha por el Estado español a todas las listas de Bildu para las elecciones de mayo próximo por considerar que forma parte de la estrategia de ETA.

Los moderados del Partido Nacionalista Vasco anunciaron que de no permitirse a Bildu concurrir a los comicios entonces su formación no apoyará más los presupuestos generales del Estado, aprobados en el Congreso de los Diputados gracias precisamente al apoyo de última hora de los diputados vascos.