Miércoles 27 de abril de 2011, p. 6
Con relación al artículo aparecido en La Jornada el domingo 24 de abril, sobre fomento a la lectura firmado por Paloma Sáiz y en honor a la verdad y la transparencia, la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal hace las siguientes precisiones:
Nuestro programa de Fomento a la Lectura descansa sobre tres premisas básicas: el hábito de la lectura se adquiere fundamentalmente en la niñez y la juventud; se estimula en el ámbito familiar y en el educativo y está fuertemente correlacionado con el nivel socioeconómico y el grado de escolaridad. Es, por tanto, obligación de las instituciones culturales, no sólo fomentarlo desde la niñez, sino mantener y mejorar la capacidad lectora de los adultos.
Con estas premisas, y para darle solidez conceptual al Programa, el 29 de junio de 2010 se instaló el Consejo Consultivo de Fomento a la Lectura en el que participan representantes de los editores y los libreros, así como escritores, promotores culturales y académicos especialistas en lectura de la UNAM y el IPN.
Desde 2010 revisamos el programa, sus proyectos y sus actividades con el fin de darle mayor eficiencia.
El programa de lectura en el Metro ha sido enriquecido con la apertura de dos Libro-Puertos en la línea 3 y la próxima inauguración de otro en el pasaje Zócalo-Pino Suárez. En lugar del antiguo programa Para Leer de Boleto
, se busca hacer del Metro una gran biblioteca que multiplique el número de lectores por libro.
Es indiscutible la confianza total de la Secretaría en los habitantes de la Ciudad; muestra fehaciente de ello es la reciente exhibición de obras de Auguste Rodin y Salvador Dalí, propiedad del Museo Soumaya, en el FARO de Oriente, en la que se contó tanto con la confianza de la Fundación propietaria de la obra como de la comunidad que recibió, cuidó y disfrutó de la misma.
La Secretaría actúa en conjunto y no dividida en parcelas de poder.
Cada mes, la Secretaría de Cultura convoca a los responsables de los más de 380 Libro-Clubes a una tertulia literaria a la que se invita a dos autores y se entregan entre 10 y 12 libros a cada responsable para enriquecer sus acervos. A estas tertulias mensuales han asistido escritores como Mónica Lavín, Rafael Pérez Gay, Silvia Molina, Edmeé Pardo, María Baranda, Ignacio Solares, Juan Domingo Argüelles y Bernardo Fernández BEF, entre otros.
En dichos Libro-Clubes, animados por voluntarios que en su casa o en espacios comunitarios fomentan la lectura, se realizan también conferencias, préstamos de libros y talleres literarios. No dejamos de reconocer la visión del equipo de Alejandro Aura que inició este exitoso programa.
Por otra parte, mantenemos nuestro trabajo con la Secretaría de Salud, el H. Cuerpo de Bomberos y la Secretaría de Seguridad Pública, cuyos titulares entienden la importancia de los derechos culturales como elemento básico para regenerar el tejido social. A partir de este año, dichas instancias aportan recursos propios a estos programas fortaleciéndolos cada vez más. Se ha fortalecido también la relación con la Secretaría de Educación del Gobierno del DF. De la mano de estas instituciones trabajamos animando Libro-Clubes, talleres y círculos de lectura. Se acaban de lanzar los concursos anuales de cuento y poesía 2011 para médicos y policías. Los ganadores de dichos concursos verán su obra publicada en la XI Feria Internacional del Libro en el Zócalo.
La X Feria Internacional del Libro en el Zócalo, celebrada en octubre pasado, superó el millón de visitantes y participaron los editores independientes, los pequeños editores de revistas culturales, y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, CANIEM.
Entre los escritores cuya presencia agregó prestigio a la Feria estuvieron, además de una larga lista de autores mexicanos, Ida Vitale, Almudena Grandes, Gioconda Belli, Natalia Porta López, Alfredo Conde y Hugo Mújica.
A las acciones de fomento al libro y la lectura, la Secretaría ha invitado a escritores sin importar su grupo de pertenencia, generación o tendencia política. Hemos sabido, sin embargo, que en algunos casos varios han recibido presiones indebidas para no participar en nuestras Ferias Itinerantes, en la Feria del Libro en el Zócalo o en las tertulias literarias.
Nos queda claro que el ejercicio de la función pública debe ser institucional y estar al servicio de todos los miembros de la comunidad cultural y no al servicio de la promoción de un solo grupo. En la medida en que el Programa de Fomento a la Lectura se institucionalice, se evitarán las tentaciones de usar recursos públicos para promociones personales.
El año pasado iniciamos LibrOctubre, dedicado a libros, lectores, editores y libreros. En su primera edición operó en las librerías del Centro Histórico; este año se extenderá a toda la Ciudad con la Asociación de Libreros de México, la CANIEM, la Fundación Mexicana de Fomento a la Lectura y las instituciones y promotores que quieran participar. La idea es que en las librerías de toda la ciudad se desarrollen actividades relacionadas con el libro y su lectura.
Hemos organizado con los editores mexicanos cinco grandes remates de libros para dar salida al material de bodegas de las editoriales a partir de una idea que compartimos originalmente con funcionarios de la UNAM y algunos editores.
Gracias a la gestión de la Secretaria de Cultura, que forma parte del Fideicomiso que administra el Auditorio Nacional, los remates se han realizado en el vestíbulo con éxito creciente.
Al remate que terminó el domingo pasado, hubo más de cien mil asistentes y la venta de libros se duplicó. Este año se invitó a escritores reconocidos para que, acompañados por el público, recorrieran el remate comentando los libros y recomendando lecturas. Nos acompañaron, entre otros, Víctor Ronquillo, Alberto Chimal, Beatriz Escalante, David Huerta, Federico Campbell y Hernán Lara Zavala.
En junio pasado celebramos el Primer Encuentro de Fomento a la Lectura de la Ciudad de México, en el que participaron más de 130 especialistas, entre promotores, funcionarios, profesores y académicos.
La Secretaría de Cultura no sólo ha sustentado conceptualmente, de acuerdo con otras experiencias en el mundo, su programa de Fomento a la Lectura, sino que en materia de política cultural ha logrado avances considerables como el fortalecimiento del Sistema de FAROS, la creación del Sistema de Teatros y del Museo Archivo de la Fotografía, la revitalización del Museo de la Ciudad de México para ponerlo al nivel de los estándares internacionales, el Circuito de Festivales, y la Red Cultural Comunitaria, además de fortalecer la coordinación con todas las Delegaciones.
Hoy contamos con el 25% del presupuesto con el que operó Alejandro Aura en la administración de Cuauhtémoc Cárdenas. En la gestión 2000-2006 se aprobó una iniciativa para que el 75% del presupuesto de cultura se reasignara a las Delegaciones políticas. Lamentablemente, no había un reglamento que obligara a usar ese presupuesto específicamente en actividades culturales vinculadas con esta institución. Asimismo, fue recortada la estructura de la Secretaría al mínimo.
A pesar de lo anterior, no hemos reducido el presupuesto para el fomento a la lectura, como se ha afirmado. Por el contrario, se han ampliado los programas y mejorado su eficiencia. Afirmar lo contrario es pretender engañar a la opinión pública.
El compromiso con la cultura es una prioridad del gobierno que encabeza Marcelo Ebrard. Los proyectos y las ideas son patrimonio de todos, y más si se producen en ámbitos institucionales públicos. Bienvenidas a esta tarea colectiva todas las iniciativas y todos los grupos y personas.
Si la lectura es el instrumento civilizador por excelencia, su impulso, como se observa en la Ciudad de México, ofrece una salida a la crisis social y política que se vive en México.
Responsable de la publicación: Dení Sobrevilla del Valle, Responsable del Programa de Fomento a la Lectura