Miércoles 27 de abril de 2011, p. 5
a Gonzalo Rojas
Un árbol bebe sombra
luego se queda quieto por un día y me dice:
da todo lo que puedas
no digas mentiras
y no te enojes
Un árbol sin dueño
exhala una bendición y se demora
con sus lentejuelas de resina goteando en el sopor
Como palabras sordas, obtusas, sedientas
acodadas al borde de la fuente
Allí donde mi corazón encuentra alivio
y se duerme en el brocal
de una historia carente de palabras
Si es la hora
aquí me dormiré
hasta quedar despierto
Sí, aquí me voy a dormir
hasta que despierte todo
Aquí voy a dormir y a despertar