Con un gasto promedio de 150 pesos, los seis integrantes de una familia pueden sentirse en Acapulco, en la ciudad de México, aunque sólo sean unas horas, en las cuales disfrutan de un día de campo, se relajan en el pasto, nadan, se broncean en un camastro, se echan una cascarita de futbol o se ejercitan con rutinas de zumba.

Lo importante es sentirte como si estuvieras a la orilla del mar. Y lo logras al acudir a alguna de las nueve playas urbanas y sin el riesgo de que te metan un susto, como les ha sucedido a compas allá, señalaron los integrantes de la familia Hernández, quienes son asiduos al balneario popular de San Juan de Aragón, que registra la mayor afluencia a 10 días de que abrió sus puertas.

En segundo lugar se encuentra el 14 de Diciembre, en Iztacalco, y en tercero la Alameda Oriente de Venustiano Carranza, aunque en total 145 mil 360 personas han encontrado en las nueve playas una forma segura y barata de divertirse, ante la falta de dinero para ir al mar o, por lo menos, a algún balneario de los estados de Morelos, Hidalgo o Michoacán.

“Cuando no tienes lana ni trabajo, buscas la forma de que tu familia se divierta y éstas son la mejor opción, aunque tengas que hacer fila para entrar, porque cada año más y más gente viene, pero cuando estás adentro, aprovechas cada minuto y echarte una torta de huevo o un taco de nopales te sabe a gloria, aunque te haga falta una chelita”, comentó Juan, padre de tres niños.

Elena espera cada año esta temporada para llevar a sus hijos a la playa de Aragón. Es nuestro primer periodo vacacional. El segundo es en las vacaciones de verano y no te imaginas cuánto nos divertimos y olvidamos nuestras limitaciones, porque aquí todos están igual que nosotros, jodidos, y no hay diferencias en si eres comerciante, chacha, plomero, electricista o te dedicas a planchar ajeno.