Una ciudad para sus habitantes
asi todo mundo coincide en que París es la ciudad con el trazo más cercano a la perfección debido al barón de Haussman, en el siglo XIX, lo que pocos saben fuera de los parisinos es que los alcaldes de esta ciudad han obedecido casi estrictamente legislaciones conservadoras en el buen sentido: para conservar una ciudad cuyo centro son los ciudadanos. Así, París, con sus 2 millones 300 mil habitantes se organiza alrededor del centro histórico, fundado por Clovis en el siglo VI, que hoy ocupa las demarcaciones municipales 1, 2, 3 y 4, con las otras demarcaciones en forma de caracol hasta cerrar en la 20: la mitad situada al norte del río Sena, la otra mitad al sur, cada una con su propio alcalde y sus numerosos barrios.
Los barrios suelen ser el marco de vida de los verdaderos parisinos, poco dados a la movilidad espacial y dado que en éste encuentran todos los servicios indispensables para el transcurso de una existencia a pie y, si se quiere ir más allá de las fronteras
ahí está el metro desde hace 111 años.
Desde una casa-cuna y guardería, kínder, primaria y secundaria, la casa de retiro para mayores, una piscina con gimnasio, casa de cultura, casa de jóvenes y casa de vecinos, oficina de correos y teléfonos, parque principal y pequeños squares verdes en lugar de terrenos baldíos, servicios que todos saben se pagan con sus impuestos; hasta los servicios privados que la ley regula para que no falten ni sobren: al menos cuatro panaderías y dos farmacias para que en sus descansos respectivos queden las otras de guardia, cuatro estanquillos, dos peluquerías, dos carnicerías, pescaderías, verdulerías-fruterías, expendios de té y café, de comida preparada para llevar; mientras que los cafés, restaurantes y cines pueden ser más o menos numerosos según el barrio.
Lo que sí está prohibido son los grandes supermercados dentro de ciudad, porque París protege al pequeño comercio y también exige a las inmobiliarias construir un porcentaje de alojamientos de interés social, porque no quiere dejar de ser una ciudad para todos con mixtura social y volverse ciudad-de-negocios, ciudad-museo donde millonarios de todas las latitudes pasen unas semanas al año en lujosos departamentos.