Los fieles de la parroquia de Juquilita, en el municipio de Santa Catarina Juquila, Oaxaca, escenificaron el Viacrucis y durante éste revivieron hechos dolorosos de la situación de inseguridad y violencia que se viven en esa entidad y todo el país. Un ejemplo es la tragedia que viven los familiares de 10 oaxaqueños desaparecidos en julio del año pasado en Tamaulipas y el sufrimiento de los migrantes centroamericanos en su travesía hacia Estados Unidos.

El párroco Manuel Arias Montes afirmó que el año es distinto, pero el drama y la muerte son los mismos, pues personas ambiciosas de poder y de dinero crucifican a hombres y mujeres, que son presencia de Cristo.

Dijo que las esposas e hijos de 37 desaparecidos viven un calvario interminable porque no supieron más de ellos. Ni la justicia en Oaxaca ni la justicia federal pudieron investigar su paradero, pero sí pusieron todo el aparato gubernamental a disposición de la búsqueda de Diego Fernández de Cevallos.

Ahora, agregó, su esperanza es que entre los más de cien cadáveres localizados en fosas clandestinas del municipio de San Fernando, Tamaulipas, se encuentren sus parientes, porque quieren tener el consuelo de enterrar sus restos, aunque la vida de pobreza seguirá.

Arias Montes denunció que a su paso por territorio oaxaqueño, los migrantes centroamericanos “pasan por mucho sufrimiento, los extorsionan los polleros, los secuestran y despojan policías, a las mujeres las obligan a prostituirse, lo peor, los asesinan y entierran en fosas clandestinas”.

En Guadalajara, Jalisco, unas 300 personas, entre vecinos de la calle Gante y miembros de organizaciones civiles, emprendieron la vía dolorosa para recordar las explosiones del 22 de abril de 1992, a causa de un derrame de gasolina en el drenaje, las cuales cobraron la vida de 150 personas.

Lilia Ruiz, presidenta de la Asociación 22 de Abril, acusó que a 19 años de la tragedia aún falta por indemnizar a las familias de seis personas que fallecieron. Refirió que desde la pasada administración estatal, que terminó en 2006, ya no se ha permitido la incorporación de más personas al fideicomiso creado para atender a las víctimas, y el actual gobernador Emilio González Márquez ni nos ve ni nos escucha.

Casi a la misma hora, pero en el santuario cristero, que se construye en Tlaquepaque, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez realizó un recorrido similar para pedir orar por las víctimas inocentes del crimen organizado. Y en San Martín de las Flores, municipio de Tlaquepaque, unas 30 mil personas presenciaron durante todo el día la llamada Judea en vivo, tradición que data de hace más de 200 años.

En Guerrero, alrededor de 2 mil personas participaron en la procesión de la Pasión de Cristo celebrada en la comunidad de Huixtac, municipio de Taxco de Alarcón.

Unos 20 campesinos, coordinados por los hermanos Adalberto Mena Viveros, de 83 años, y Baltazar, personifican a los principales personajes, entre ellos Claudia, Poncio Pilatos, Caifas La Verónica, Barrabás, y Judas.

Juan Mena, trombonista de la banda del lugar, se congratula que no se pierda la tradición desde 1956 mis hermanos Adalberto y Baltazar, continuaron esta y otras tradiciones que nos legaron nuestros abuelos.

Fervor y tradición

Fervor religioso y tradición se conjugaron en el poblado de Kilómetro Treinta, municipio de Acapulco, donde unas mil 500 personas presenciaron la escenificación del Viacrucis, que este viernes cumplió 44 años de realizarse de forma ininterrumpida.

En la ciudad de Guanajuato cientos de católicos acudieron a ver la representación de las tres caídas en la histórica comunidad de la Ex Hacienda de Burras, la cual es célebre porque de ahí el cura Miguel Hidalgo y Costilla envió las cartas de intimación al Intendente Juan Antonio Riaño antes de tomar la Alhóndiga de Granaditas el 28 de septiembre de 1810.

Aunque las autoridades de Torreón, Coahuila, estimaban afluencia de 35 mil visitantes y se diseñó un operativo de vigilancia en torno del santuario Cristo de las Noas, con la participación de policías municipales, estatales y federales, así como militares, únicamente acudieron 8 mil personas.

La procesión en ascenso hacia el santuario que resguarda la tercera escultura de Cristo más grande de Latinoamérica inició a las 11 de la mañana con la presencia del obispo de Torreón, José Guadalupe Galindo Galván y el párroco José Rodríguez Tenorio, ideario del santuario y quien le diera impulso desde 1973.

Galván Galindo dijo que los santuarios e iglesias aún no son atacadas por miembros del crimen organizado, pero en cambio en todas las colonias cercanas al santuario Cristo de las Noas se vive la violencia.

Octavio Vélez, Juan G. Partida, Sergio Ocampo, Héctor Briseño, Carlos García y Lilia Ovalle