El portugués Cristiano Ronaldo marcó el gol, en una gran final que se decidió en la prórroga
El conjunto merengue fue mejor en la primera parte, pero en el complemento el escenario varió de manera notable
Los porteros fueron culpables del empate sin tantos en el tiempo reglamentario
Jueves 21 de abril de 2011, p. 9
Valencia, 20 de abril. Real Madrid conquistó hoy la Copa del Rey, 18 años después de haber ganado por última vez este trofeo, luego de vencer 1-0 al Barcelona en la prórroga, con gol de Cristiano Ronaldo en el estadio Mestalla.
Fue una final digna de dos grandes equipos en un vibrante duelo. Y, contrario a lo ocurrido otras veces, el portugués decidió un clásico, mientras José Mourinho celebró su primer título como técnico de los merengues.
No hubo sorpresas en las respectivas alineaciones, pero sí en la táctica. El técnico blanco ejerció de mariscal de campo y propuso un equipo muy junto.
Sin embargo, a diferencia del anterior derbi, elevó su presión 20 metros más arriba. Además, Pepe basculó por el centro, emparejándose con el jugador del cuadro azulgrana que quisiera sacar el balón, sea quien fuera.
El Barça entró en corto circuito. Y eso que Pep Guardiola intentó improvisar. Incorporó a Messi por el medio o pidiendo a los laterales que se añadieran a ésta, pero no hubo manera.
Real Madrid ganaba los balones y sacaba contras vertiginosas. Era como un lobo, esperando la distracción de la liebre. El partido estaba donde quería Mourinho.
Y si no se fue al descanso con ventaja fue porque Ronaldo se empeñó en desperdiciar oportunidades con malos controles en el área, con disparos estrellados en Pinto o con balones sacados por Mascherano bajo los palos.
¿Y Barcelona? Atascado tanto colectiva como individualmente. Messi no recibía con metros por delante, Villa se enredaba en peleas personales, Pedro no sorprendía atrás, Xavi pasaba los minutos buscando su lugar en la hierba...
Y resultó que el equipo catalán se fue al descanso celebrando el empate, porque Pepe conectó un espectacular cabezazo a centro de Ozil que se estrelló en el palo derecho de Pinto. En resumen: Real Madrid fue mejor que el Barcelona durante 45 minutos.
El escenario varió desde el comienzo del complemento. Primero, porque Alves alivió al Barça con mejores incorporaciones. Segundo, porque Iniesta encontró vías de suministro. Y tercero, porque los merengues acusaron el desgaste de la primera parte.
Pedro realizó el primer disparo peligroso del cuadro culé a los 50 minutos. Luego aparecieron llegadas de Villa y Messi. El rival daba pasos hacia atrás y el balón se acostumbraba a vivir cerca del área blanca. Era otro Barcelona, era otro Real Madrid.
El Barça comenzó a parecerse cada vez más al Barça, con lo que eso significa: combinaciones, recuperaciones rápidas, paredes por el centro... Y Real Madrid comenzó a encomendarse a Casillas.
El portero merengue realizó intervenciones prodigiosas a disparos de Messi e Iniesta, pero en el último minuto Pinto voló para sacar un disparo de Di María. La final se fue a la prórroga porque así lo quisieron los guardametas.
El duelo se equilibró, principalmente por la fatiga del Barcelona, ya pareja con la del Real Madrid. A los 97 minutos apareció Cristiano en plenitud, con una carrera espectacular y un lanzamiento que se fue por poco.
Fue el preludio del gol blanco, que llegó a los 102 minutos. Di María centró desde la banda izquierda y el portugués marcó un gol sensacional con la cabeza.