Miércoles 20 de abril de 2011, p. 4
La Habana, 19 de abril. El día que se despidió del último de sus cargos públicos, Fidel Castro levantó la mano de su hermano Raúl, ahora su sucesor confirmado en todas las posiciones, y escuchó a su partido cantar La Internacional.
Ya no era sorpresa ver al líder histórico cubano aparecer en público, desde la ronda de reuniones que tuvo en el verano pasado. Tampoco era difícil suponer que en una ocasión como esta, tan especial para él, hiciera el esfuerzo de asistir.
El compañero Fidel Castro Ruz, fundador y comandante en jefe de la revolución cubana, nos dio el primer ejemplo de actitud consecuente
, dijo Raúl, al solicitar expresamente no ser incluido en la candidatura del Comité Central
.
Fidel Castro había sido el primer secretario desde la fundación del PCC, en 1965. Al caer enfermo en 2006, delegó provisionalmente el cargo a su hermano Raúl, quien hasta hoy se mantuvo como el segundo secretario.
En noviembre pasado el propio ex mandatario confirmó con estas palabras que no ejercía como jefe del partido único: No puedo hacer algo que no estoy en condiciones de dedicarle todo el tiempo
.
Hace tres semanas, en dos artículos consecutivos, Fidel sugirió, primero, que dejaría de ser el primer secretario del PCC, al celebrarse el sexto congreso; luego, que Raúl debería ser su sucesor en ese cargo. La jefatura de Estado, que implica el comando supremo de las fuerzas armadas, es una función que a mi juicio debe corresponderse con la de primer secretario del partido
.
Tras las elecciones de 2008, Raúl fue designado jefe de Estado y de gobierno. Es decir que, al cesar hoy en la dirigencia partidaria, terminaron también las funciones oficiales de Fidel Castro, aún de manera formal.
Pero Fidel es Fidel
, dijo Raúl al plenario del congreso, y no precisa de cargo alguno para ocupar, por siempre, un lugar cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana. Mientras tenga fuerzas para hacerlo, y afortunadamente se encuentra en la plenitud de su pensamiento político, desde su modesta condición de militante del partido y soldado de las ideas, continuará aportando a la lucha revolucionaria y a los propósitos más nobles de la humanidad
.
El mismo Fidel explicó esta mañana, en una de sus Reflexiones, que él mismo había pedido estar fuera del Comité Central del PCC.
Raúl conocía que yo no aceptaría en la actualidad cargo alguno en el partido
, escribió el ex mandatario. “El había sido siempre quien me calificaba de primer secretario y comandante en jefe, funciones que, como se conoce, delegué en la Proclama (de 2006) cuando enfermé gravemente.
Nunca intenté ni podía físicamente ejercerlas, aun cuando había recuperado considerablemente la capacidad de analizar y escribir. Sin embargo, él nunca dejó de transmitirme las ideas que proyectaba
.
Fidel entró al escenario del Palacio de las Convenciones vestido con chamarra deportiva azul oscuro y una camisa a cuadros. Caminaba lentamente, con dificultad, apoyado en el brazo de un ayudante. En algunos momentos se mantuvo en pie, ya para escuchar el himno nacional, ya para aplaudir, junto con el auditorio, a Raúl. Tomó notas de la reunión, comentó varios puntos con su hermano y sonrió frecuentemente, conmovido, agradecido con las ovaciones que lo cobijaron o los tramos de discursos que lo aludían. En una parte de la sesión se sentó junto a él una de las víctimas de la batalla de Playa Girón, símbolo, como pocos, del conflicto con Estados Unidos, y cuya conclusión se recuerda este día.
Pienso que he recibido demasiados honores
, decía Fidel este martes en su comentario. “Nunca pensé vivir tantos años; el enemigo hizo todo lo posible por impedirlo; incalculable número de veces intentó eliminarme y yo muchas veces ‘colaboré’ con ellos”.
Contó que había conocido de antemano el Informe Central, que Raúl presentó el sábado al congreso. Que el lunes, al mediodía, recibió la boleta para votar, como delegado que era a la reunión, por el nuevo Comité Central del PCC. Que leyó las biografías de los propuestos en una planilla única, a algunos de los cuales había conocido recientemente, en sus visitas del verano anterior. Que aún está escribiendo la historia de la batalla de Playa Girón y aún le falta otro texto sobre otro importante acontecimiento
(¿la crisis de los cohetes soviéticos?)
No habló al auditorio. Su partido lo despidió de pie, con una ovación cerrada, mientras él desaparecía lentamente del escenario.