Al comparecer ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el titular de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJDF), Miguel Mancera Espinosa, recibió no sólo la mayor de las complacencias por parte de los diputados locales de PRD, PRI, PVEM y PT, sino también una figura de San Judas Tadeo, de manos del priísta Cristian Vargas, más conocido como el dipuhooligan, quien incluso solicitó a los presentes un aplauso para el señor procurador.

La tersa comparecencia del funcionario no sólo fue dentro del recinto legislativo de Donceles y Allende, sino también en el exterior, donde se apostaron, desde las 11 de la mañana y hasta las 8 de la noche –en que terminó el acto–, grupos de apoyo de las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa, y de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos, quienes lo recibieron y despidieron con vítores.

Los posicionamientos de los legisladores de PRD, PRI, PVEM y PT en tribuna fueron tibios –algunos hasta benévolos– y, si bien reconocieron que la inseguridad pública es el principal reto en la ciudad, ensalzaron la labor del procurador al frente de esa dependencia. Mancera –sentado a un lado de la presidenta de la Comisión de Gobierno, Alejandra Barrales– sólo esbozaba sonrisas.

Cristian Vargas se desbordó en halagos hacia el funcionario y llegó al grado de reconocerle: usted tiene los tamaños suficientes para enfrentar a la delincuencia, luego le entregó la figura religiosa.

En contraste, Carlo Fabián Pizano, del PAN, criticó los numerosos vicios que arrastra la PGJDF y le exigió un mayor esfuerzo, postura que después repitió su compañero de fracción, Sergio Eguren.

Durante su exposición, Miguel Mancera ahondó en el descenso de los ilícitos de mayor impacto a los capitalinos, y remarcó que se sigue avanzando sin dar marcha atrás en el combate a la delincuencia.