Miércoles 13 de abril de 2011, p. 29
Al asumir la presidencia de Costa de Marfil, Alassane Ouattara prometió ayer una verdadera reconciliación en el país asolado durante meses por la guerra civil. También insistió en que el anterior presidente Laurent Gbagbo, detenido el pasado lunes en su residencia de Abiyán, será enjuiciado.
Pido a mis compatriotas que se abstengan de toda forma de represalia y violencia
, dijo Ouattara en un discurso televisado en que exhortó a los milicianos a deponer las armas y prometió restaurar la seguridad de la nación.
Según Ravina Shamdasani, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, murieron en la parte occidental del país, de enero a la fecha, casi 540 personas, aunque para la Cruz Roja el saldo puede incrementarse. Por lo pronto, el alto comisionado creó un comité para que se investiguen los asesinatos. Asimismo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU indicó que unos 800 mil marfileños están desplazados y que la situación es aún grave, pese a la detención de Gbagbo y el naciente gobierno de Ouattara.
Mientras, anoche Gbagbo fue puesto en arresto domiciliario.