La Iglesia católica expresó su solidaridad con el poeta Javier Sicilia e indignación por el asesinato de su hijo Juan Francisco y siete personas más en Cuernavaca, Morelos. Sin embargo, planteó que se debe considerar la claridad del reclamo.

Es a los asesinos, a los narcotraficantes, al crimen organizado, a quien debemos reclamar decididamente y no a quienes luchan contra este flagelo social, plantea en el editorial del semanario Desde la Fe, órgano de difusión de la Arquidiócesis Primada de México.

A las autoridades, agrega, se les debe reclamar en el sentido de mejorar sus estrategias y reforzar la lucha contra la delincuencia, no de suspenderla, mientras que la ciudadanía debe mostrar mayor unidad y contundencia en su rechazo a los delincuentes y su apoyo a quienes los combaten.

Aparte, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, advirtió que la violencia creciente en el país huele mal, lo mismo que la mentira institucionalizada.

Al hablar sobre el significado de la muerte y resurrección de Cristo, durante la misa en la Catedral Metropolitana, aludió a las múltiples razones por las cuales las sociedades e instituciones también se enferman y les llega la muerte.

En el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis destaca que de nada sirve pedir que el Ejército regrese a sus cuarteles, cuando no hemos preparado una policía capaz de enfrentar el poderío del narcotráfico, así como de nada sirve pedir que no haya una gota de sangre más si no sabemos quién es aquel que la derrama.

Plantea que los representantes de Estados Unidos mostraron durante la reciente Conferencia Internacional de Combate contra las Drogas, celebrada en Cancún, falta de conciencia de que son ellos los principales causantes de este grave problema, debido a que su población es la que consume la mayor cantidad de drogas en el mundo, su comercio es el que produce y vende a los narcotraficantes armas más destructivas y su sistema es el más permisivo con unos y otros.