Probaron la posesión, tras disputa de más de 40 años en Chihuahua
Sábado 9 de abril de 2011, p. 29
Carichic, Chih., 8 de abril. Indígenas del ejido Baqueachi, donde viven 521 familias, recuperaron por orden del Tribunal Agrario otros dos predios con más de mil 200 hectáreas invadidas por ganaderos mestizos del municipio de Carichic. Es la segunda entrega de tierras a los rarámuris de noviembre a la fecha.
Elementos de la Policía Única Estatal resguardaron la zona ante las amenazas de muerte contra los líderes del ejido y su abogada Estela Ángeles por parte de ganaderos que perdieron un litigio.
La disputa en los tribunales duró más de 40 años, luego de quedar demostrada la posesión territorial de la tribu de Baqueachi sobre 44 mil hectáreas que les fueron dotadas hace un siglo por resolución presidencial.
El jueves, el Tribunal Agrario entregó a los rarámuris dos predios para agostar ganado que habían invadido los mestizos Carlos Torres y José Abraham Palma Fierro, y que mantuvieron en su poder bajo amenaza de muerte contra el gobernador indígena, Patricio Chávez; el presidente del comisariado ejidal, Felipe Ignacio Ramírez y Meregildo Reyes Chávez, del núcleo ejidal.
A la entrega de las tierras –la segunda de noviembre a la fecha– acudieron representantes de organizaciones civiles como El Barzón, Contec y el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, debido al riesgo en que se encuentran los indígenas.
Este viernes, apenas habían pasadas tres horas de la devolución de los terrenos y el regreso de los agentes de la policía única a sus destacamentos, cuando Carlos Torres persiguió a caballo a algunos de los rarámuris que participaron en el derribo de postes y cerca de alambre con la que él delimitó durante más de 20 años las tierras que invadía.
Los ganaderos mestizos se niegan a respetar el fallo del Tribunal Agrario en favor de los indígenas. Otro de ellos, José María Sandoval, interpuso una denuncia ante el Ministerio Público Estatal, por daños en propiedad en contra del gobernador indígena Patricio Chávez.
Esto último, luego de que el pasado 8 de febrero la comunidad rarámuri tiró un cerco de alambres de púas, que el ganadero volvió a colocar en otro predio que ya había sido entregado al Ejido el 25 de noviembre por parte de las autoridades agrarias