Ante la situación de violencia, corrupción y un país tan fragmentado en sus clases, grupos y pandillas es muy difícil tener un sentido de identidad nacional, por lo que la legalidad es hoy un valor central en el que el sistema educativo mexicano debe poner énfasis para la construcción de ciudadanía, expresaron especialistas, funcionarios, representantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el ex presidente de España, Felipe González.

Durante el encuentro Educación y valores para la convivencia en el siglo XX, organizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), González manifestó que en México hay una profunda desconfianza sobre si el cumplimiento de la ley es una regla válida para todos, por lo que la forma de ser crítico hacia quienes incumplen las normas es mediante el ejercicio del voto.

Donde hay que poner atención es en el cumplimiento de la ley para definir el mínimo común ético de ciudadanía exigible, y la formación de los niños en el respeto de la legalidad significa que todo mundo debe acatar las normas, de lo contrario, lo que digan los libros de texto no será creíble.

En la sesión de preguntas, uno de los asistentes le cuestionó cómo se puede educar en valores democráticos cuando hay un sindicato magisterial que no lo es. Respondió que la tarea consiste en participar en dicha organización gremial para hacerla democrática, e incluso sugirió formar otro sindicato.

En el Auditorio Nacional, manifestó que el magisterio mexicano necesita mucho más entrenamiento, modernización, actualización del conocimiento y mayor exigencia de reciclaje, además de una apreciación incomparable con cualquier otra profesión en relación al ejercicio de la docencia.

Señaló que en la crisis de gobernanza a escala global, el político es un presunto ladrón salvo que se demuestre lo contrario. De ahí que el proceso de elección de los representantes se esté volviendo negativa y eso destruye la democracia. Y sobre la propuesta de militarizar a los jóvenes que no estudian ni trabajan, apuntó que ello no resuelve el problema.

En otra de las mesas que reunió a los ex consejeros del Instituto Federal Electoral que, con el titular de la SEP, Alonso Lujambio, participaron en el proceso electoral de 2000, José Woldenberg afirmó que en el ambiente flota un desencanto que tiene que ver con las profundas desigualdades en nuestra sociedad. Y es muy difícil tener ese sentido de identidad nacional cuando un país está tan fragmentado en sus clases, en sus grupos, en sus pandillas. Frente a ello, la construcción de ciudadanía tiene que estar en el centro de la educación.

La comisionada presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, Jacqueline Peschard, consideró que difícilmente se puede tener apego a la legalidad cuando en nuestra sociedad hay mayores incentivos para violar las normas que para cumplirlas.