Senadores de PRI, PRD y PAN advirtieron que no se justifica el incremento de agentes de Estados Unidos en México, ya que puede crear más conflictos diplomáticos con el vecino país del norte y exigieron que el gobierno mexicano aclare si lo autorizó o forma parte de las acciones unilaterales de Washington, entre las que se enmarca el operativo Rápido y furioso.

Ex secretario de Gobernación y ex embajador, el priísta Francisco Labastida señaló que el gobierno de Felipe Calderón tuvo que ser notificado de la decisión de duplicar el número de agentes de migración y aduanas, mientras que el perredista Carlos Sotelo consideró que es una confirmación de un gobierno subordinado a los intereses de Estados Unidos y pidió que no se permita la operación de ningún otro agente estadunidense mientras no se aclare la introducción ilegal de armas de alto calibre a México.

Los panistas Ricardo García Cervantes y Alejandro González Alcocer consideraron que es necesario que el gobierno federal aclare ese punto, ya que es muy grave que ni siquiera se sepa cuántos agentes operan en el país y qué hacen.

Todos coincidieron en que es uno de los temas que preguntarán a la canciller Patricia Espinosa el próximo jueves, cuando comparecerá ante el pleno del Senado.

Labastida sostuvo que no puede ser una decisión unilateral de Estados Unidos, sino que México debió aceptarlo, ya que ese tipo de asuntos se asumen conjuntamente, de cancillería a cancillería: lo sé bien porque fui embajador. Hizo notar que el problema es que un mayor número de agentes puede provocar nuevos roces y conflictos diplomáticos entre ambas naciones, pero forma parte de los riesgos inherentes al crecimiento de la violencia y el narcotráfico.

El senador del PAN Ricardo García Cervantes advirtió que hay demasiadas suposiciones y especulaciones y por ello el Senado decidió solicitar la presencia del embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, a fin de que aclare muchas dudas, porque ahora resulta que vender armas a los narcotraficantes que operan en nuestro territorio fue un malentendido.

También, añadió, es necesario que tanto el embajador como la titular de Relaciones Exteriores informen en el Senado si el gobierno mexicano sabía o no de la operación Rápido y furioso, como aseguran funcionarios en Estados Unidos, y si autorizaron el incremento de agentes de migración.

Hay muchas preguntas, hay necesidad de información y espero que la próxima semana llegue en forma institucional al Senado, para que éste ejerza sus responsabilidades y las acciones políticas que correspondan con el Ejecutivo.

Su compañero de bancada Alejandro González Alcocer advirtió que se debe tener claro dónde van a operar esos agentes y cuál es realmente su tarea, porque no pueden andar por ahí investigando cosas que no sabemos.

El perredista Carlos Sotelo dijo que ese anuncio de Estados Unidos de duplicar su número de agentes muestra que es en Washington donde se decide todo, ya que el gobierno de Calderón está subordinado y sólo recibe notificaciones, y a veces ni siquiera eso.

A su juicio, la respuesta de México debe ser contundente y no admitir un agente más de Estados Unidos, mientras el gobierno de Barack Obama no aclare todo lo relativo a las miles de armas que introdujeron de forma ilegal al país.

De no detenerse la operación de más agentes de Estados Unidos, se hará aún más evidente la debilidad y subordinación de Felipe Calderón hacia el vecino del norte, advirtió.