El Vaticano, la arquidiócesis de México y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) justificaron a Juan Pablo II –quien será beatificado el primero de mayo– ante los casos de pederastia clerical que salieron a la luz durante su pontificado, particularmente el del fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel.

En tanto, organizaciones civiles religiosas consideraron que el respaldo que el pontífice dio a Maciel hablan de que no es prudente llevarlo a los altares. Gabriela Juárez, integrante del Observatorio Eclesial, afirmó: Tenemos dolor e indignación por la beatificación, porque en los últimos meses se supo que Karol Wojtila guardó silencio respecto a los casos de sacerdotes pederastas, como Maciel y otros legionarios.

Para el teólogo Jaime Laines, del Centro Antonio de Montesinos (CAM), el pontificado de Wojtila se caracterizó por el dominio de posturas conservadoras y añadió que uno de los aspectos más graves fue la falta de acción contra Maciel, cuando al parecer ya tenía indicios de sus actos.

Juan Pablo II permitió la impunidad, y su beatificación le daría un espaldarazo de santidad a una persona que no fue clara en sus procedimientos.

Ante las críticas, ayer el Vaticano aseguró que Juan Pablo II ignoraba la doble vida de Maciel. En Roma el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos de la sede pontificia, indicó en entrevista al semanario italiano Familia Cristiana que el escándalo ligado al fundador de la Legión de Cristo no afecta el proceso de beatificación y añadió que le confirmo que hemos investigado a fondo y ampliamente. Juan Pablo II no tenía conocimiento de la doble personalidad del padre Maciel.

Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la CEM, destacó la labor del pontífice frente a la Iglesia y dijo que no sólo propició el acercamiento de fieles que habían tenido su fe menguada, sino que también dio impulso al proceso evangelizador.

Aparte, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Jonás Guerrero Corona, indicó que en lo relativo a la pederastia clerical Juan Pablo II no tiene nada que ver con los pecados de la Iglesia: él es íntegro, es siervo de Dios.

El cardenal Norberto Rivera, en el contexto de la 82 peregrinación de la arquidiócesis de México, celebró que Benedicto XVI haya reconocido oficialmente la firma de Dios para la beatificación de su santidad Juan Pablo II. Aseguró que el primero de mayo, cuando se oficialice la beatificación en Roma, festejaremos... y damos gracias a Dios y nos alegramos por este grande acontecimiento.

Elba Flores, también teóloga del CAM, aseveró que el Papa polaco tampoco impulsó reformas en materia de celibato y otros aspectos dogmáticos del sacerdocio, cuando muchos sectores esperaban de él una mayor apertura de la Iglesia.