Expedientes detallan las ejecuciones de opositores izquierdistas y de varios extranjeros
Jueves 16 de diciembre de 2010, p. 31
Santiago, 15 de diciembre. La justicia chilena descubrió la existencia de asesinatos hasta ahora desconocidos de ciudadanos peruanos, ecuatorianos y bolivianos en el norte del país durante la dictadura de Augusto Pinochet, en algunos casos ignorados incluso por las propias familias de las víctimas, reveló hoy Dpa.
Una primera confirmación de los hechos, ocurridos al comienzo del régimen, entre 1973 y 1978, principalmente contra inmigrantes que pululaban por las ciudades y poblados del desierto chileno –región de mayoría opositora–, está en un fallo de primera instancia que un tribunal de Arica entregó en noviembre pasado sobre la desaparición de Grober Venegas, un policía chileno retirado.
En ese expediente se describen relatos de testigos directos e indirectos sobre ejecuciones de opositores, entre los que se encontraban extranjeros no identificados.
En el texto, cuyos antecedentes coinciden con otros dos juicios en proceso revisados por Dpa en el norte de Chile, uno de los testigos, el suboficial en retiro del ejército José Luis Catalán, describe cómo dos de estos extranjeros, un boliviano y un peruano, eran torturados con pentotal, una droga muy fuerte que anula la voluntad de quien la ingiere y que se le ha llamado suero de la verdad
.
El suboficial en retiro de la armada Héctor Morales agregó en las investigaciones que la búsqueda de inmigrantes ilegales bolivianos y peruanos era habitual por la tensión fronteriza. En ocasiones el regimiento acordonaba una población y la policía civil revisaba los antecedentes de los varones en busca de indocumentados peruanos y bolivianos
, dijo.
Otros antecedentes fueron recogidos en el juicio aún abierto por la muerte de la profesora uruguaya Mónica Benaroyo, quien decía conocer a Fidel Castro.
Diversos testimonios y recortes de prensa evocan la detención por la dictadura de bolivianos, argentinos, peruanos, ecuatorianos y uruguayos, acusados de pertenecer a organizaciones internacionales consideradas opositoras.
Las detenciones en algunos casos parecían estar vinculadas con labores de espionaje por las tensiones fronterizas de esos años de Chile con Argentina, Perú y Bolivia. Los detenidos que estuvieran relacionados con autoridades extranjeras o altos mandos militares peruanos eran trasladados a los cuarteles, dijo el militar en retiro Napoleón Ríos.
En París, Christian van Yurick, ex miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, afirmó que la tortura era aplicada durante el régimen militar chileno con la finalidad de obtener informaciones, o de destruir la personalidad de la gente y obtener su control, ante la corte que juzga en ausencia a 13 chilenos –12 militares y un civil, además de un uniformado argentino– por la desaparición de cuatro franceses o francochilenos bajo la dictadura pinochetista.