Fueron detenidos más de mil 200 jóvenes ultranacionalistas
Jueves 16 de diciembre de 2010, p. 30
Moscú, 15 de diciembre. Con la detención de más de mil 200 jóvenes de uno y otro bando –ultranacionalistas rusos y norcaucásicos, muchos de ellos menores de edad– en el centro de la capital rusa se evitó este miércoles un nuevo estallido de violencia interétnica.
Desde temprana hora, miles de elementos antidisturbios cerraron los accesos a la Plaza Roja, reforzaron la vigilancia en las estaciones de metro, tren y autobús, patrullaron los mercados y ocuparon los sitios donde tenían previsto reunirse los rijosos en Moscú.
El despliegue policial no dejó opciones. Todo sospechoso o grupo tuvieron que identificarse y pasar una revisión exhaustiva. Aparte de los detenidos de modo preventivo –por alteración del orden público–, la policía incautó siete pistolas, más de 200 armas blancas, bates de beisbol, cadenas, palos y un sable de samurai.
Jóvenes originarios del Cáucaso del Norte, a través de Internet, se habían dado cita en la explanada junto al centro comercial Evropeiski para vengar
los ataques ultranacionalistas del sábado.
Ese día un mitin en la plaza Manezh, frente al Kremlin, en homenaje a Yegor Sviridov, aficionado del equipo de futbol Spartak cuya muerte, por bala, se atribuye a un joven de Kabardino-Balkaria (Cáucaso del Norte), derivó en ataques masivos contra inmigrantes, principalmente norcaucásicos.
Según el último reporte policial, hubo sólo enfrentamientos aislados, que dejaron una treintena de heridos, en zonas de la ciudad alejadas del centro. Todavía por la noche, centenares de cabezas rapadas y xenófobos recorrían Moscú en busca de inmigrantes.
Los gobiernos de Kabardino-Balkaria, Chechenia, Daguestán, Ingushetia y restantes repúblicas rusas del Cáucaso del Norte exhortaron a sus ciudadanos no participar en protestas violentas, mientras las embajadas de Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán pidieron a sus compatriotas no salir a la calle.
En Moscú trabajan, con o sin papeles, varios millones –con sus familias pasan de 5 millones, probablemente– de ciudadanos de repúblicas de la ex Unión Soviética. Una parte de esta sociedad rechaza su creciente presencia, de igual manera que ve con malos ojos a los norcaucásicos que, a efectos legales, forman parte de Rusia.
La xenofobia y el racismo cobran auge no sólo en Moscú. Este miércoles, en San Petersburgo, acabaron tras las rejas 80 jóvenes radicales que pretendían realizar un mitin contra los inmigrantes.
Por el mismo motivo, en Samara hubo 100 detenidos y en Rostov del Don 170.