Presentan libros conmemorativos de los centenarios patrios publicados por La Jornada
a rescatar el corazón social de la Reforma, la Independencia y la Revolución
Todo lo que hace este gobierno será cobrado algún día por el pueblo, asevera Taibo II
Sábado 4 de diciembre de 2010, p. 6
Guadalajara, Jal., 3 de diciembre. Los volúmenes conmemorativos de los centenarios, editados por La Jornada, con la colaboración de varios especialistas, fueron presentados en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, bajo un alud de elogios ante la falta de una seria reflexión hecha por el gobierno federal y muchos gobiernos estatales quienes, coincidieron Paco Ignacio Taibo II, Eduardo González Velázquez y Víctor Orozco, señalando que en el Ejecutivo prefirieron no entrar al detalle y sí gastar 6 mil millones de pesos en oropel que quién sabe donde quedó.
González Velázquez recordó que para ambos libros varias plumas convocadas por el periódico La Jornada se dieron a la tarea de hacer una discusión y un análisis profundo sobre dos aspectos: la recuperación de todo este proceso histórico, de la Independencia como de la Revolución, y la otra parte sobre el país que pudimos ser y que no somos.
Yo no sé qué cuentas pudiéramos dar en estos días a todos estos personajes que, para bien o para mal, nos dieron patria
, dijo.
Afirmó que la gente que está al frente de todo el proceso educativo en el país no sabe qué hacer con la historia, qué uso darle, cómo enseñarla, qué recuperar. Y por lo mismo al no tener una visión clara, evidentemente que la proyección de hacia dónde vamos, se complica en demasía.
En el texto sobre la Revolución se analizan los avances y retrocesos a partir de ese movimiento armado, dijo, y a cien años de esa revolución en nuestro país, las condiciones de la gran mayoría de mexicanos no son las que en ese momento se proyectó que serían
.
González Velázquez consideró que a partir de la llegada de Carlos Salinas a la Presidencia, la desmemoria desde el Estado mexicano es patética.
Tres momentos fundacionales
En su turno, Víctor Orozco informó que los libros coordinados por Lourdes Galaz se centran en tres momentos fundacionales en la historia de estos 200 años, el primero la gesta independentista, el segundo la reforma liberal y finalmente la Revolución de 1910 hasta nuestros días.
Señaló que tras la Independencia surgió una lengua unificadora, el español; una religión única y obligatoria, la católica; con grandes latifundios y un clero y un ejército dominantes en la naciente nación; un abismo social y finalmente con una cultura de la subordinación. La nueva nación debía mantener la unidad en medio de los odios de la reciente guerra, el territorio ante los embates de las grandes potencias.
En este escenario, dijo, se dio la intentona de ser de nuevo un país subordinado a una potencia europea, mientras otro grupo se resistió y se agrupó en torno a Benito Juárez y otros de su misma estatura política y otros de superior estatura intelectual. Esta guerra sacudió la tutela del clero sobre el Estado, expropió sus latifundios, pero no pudo sacudir el latifundio civil en manos de unos cuantos.
Luego, continuó, en la Revolución que inició en 1910 queda la tarea de distribuir la tierra, la defensa de la nación ante el nuevo imperialismo estadunidense.
La Revolución Mexicana nace como un movimiento antimperialista, porque hay además una profunda discriminación hacia los trabajadores mexicanos en relación con los técnicos y trabajadores extranjeros en las minas, en los ferrocarriles, en el comercio, en todas las actividades productivas fundamentales del porfiriato
.
Y concluyó: Hay que rescatar el corazón social de la Reforma, de la Independencia, de la Revolución, porque constituyen no sólo los momentos fundacionales sino todavía hoy el horizonte histórico en el cual nos seguimos moviendo los mexicanos
.
Por su lado, Paco Ignacio Taibo II dividió en tres actos
su participación, contando el escándalo del gobierno federal con sus festejos carísimos, dejando finalmente a cargo del tema a un secretario de Educación, como Alonso Lujambio, “al que todos los días regaña Chucky, el muñeco diabólico”, es decir, Elba Esther Gordillo, líder del sindicato magisterial.
“Por eso cuando me despierto en las mañanas para documentar mi pesimismo, leo La Jornada; para documentar mi optimismo, leo La Jornada, y para poder ser un mexicano informado en un país donde la desinformación se impone, leo La Jornada. Para encontrarme con las miserias del día a día y encontrar argumentos para combatirla leo La Jornada, para descubrir los magníficos reportajes de mi amiga Sanjuana (Martínez) que está ahí sentada, y que me parece una de las glorias del periodismo nacional, leo La Jornada.
“La Jornada se ha convertido para nuestra fortuna y nuestra salud mental, en uno de los baluartes del pensamiento crítico de este país”, encomió.
Y, en la conclusión de sus tres actos, dijo que todo lo que hace este gobierno será cobrado algún día por el pueblo, cuando la justicia reine en el país.
Algún día los creadores de colosios que son colosos articulables rendirán cuentas morales públicas. Hay un chingo de tierra en las islas Marías y en el cerro de las Campanas esperando para recibirlos, algún día, y para poder esperar que algún día haya justicia tiene que haber memoria, y la memoria es un ejercicio crítico.