Es el más preparado pero como político es un fracaso
, dice académico de Sao Paulo
derrota histórica
Cardoso, líder honorario del partido y ex presidente, no ha acompañado al candidato en la campaña
Serra 45. Se estima que el candidato perdió unos 15 millones de votos en sólo 40 días, contados a partir del arranque de su campaña. En la imagen, el abanderado en un acto proselitista celebrado el pasado lunes en Sao PauloFoto Ap
Miércoles 29 de septiembre de 2010, p. 24
Sao Paulo, 28 de septiembre. José Serra toma su lugar en el estrado, se arremanga su eterna camisa azul y se mete en los papeles que lleva consigo. Concentrado en su lectura, nunca voltea a ver a los oradores. Él, que presume haber sido el mejor ministro de Salud que ha tenido Brasil, debe conocer de memoria todos los datos que citan los funcionarios a cargo del micrófono. Así que sigue en sus papeles. Es posible que revise los datos que citará en el breve discurso que pronunciará poco después, con ese tono de profesor autoritario
que gustan subrayar sus adversarios.
Pero a juzgar por su rostro en este acto de campaña, con funcionarios y empleados de la salud, también puede estar repasando las gráficas de su derrota. Todo un caso de estudio para los expertos, pues Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), logró la proeza de perder 190 mil votos por día, desde la fecha de arranque oficial de la campaña; unos 15 millones de votos en 40 días con tiempos gratuitos en radio y televisión.
El auditorio donde se celebra el acto tiene varias zonas vacías. Los asistentes, funcionarios y empleados de hospitales públicos y privados, muchos ligados a iglesias, como prueban los frailes y monjas con sus banderitas con el tucán –símbolo del PSDB– sólo se entusiasman cuando es presentado Geraldo Alckmin, candidato a la gubernatura de Sao Paulo, cercano al Opus Dei, y contendiente en la elección presidencial de 2006, cuando Luiz Inacio Lula da Silva consiguió la relección.
El acto se celebra en un enorme centro de convenciones, donde hay mayor número de asistentes en la vecina exposición de instrumentos musicales.
Su adversaria, Dilma Rousseff, ha tenido 20 veces al presidente Lula en sus mítines de campaña. A Serra nunca lo ha acompañado el líder honorario de su partido y ex presidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, con quien trabajó desde sus años en el exilio.
Del exilio a la antipatía
José Serra es un prometedor líder estudiantil cuando, en 1964, los militares brasileños dan un golpe de Estado. El presidente de la Unión Nacional de Estudiantes puede huir a Chile, después de algunas peripecias.
En ese país sigue sus estudios y trabaja para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. También durante esos años colabora con Fernando Henrique Cardoso, quien a la postre lo haría ministro.
El golpe de Estado de 1973 en Chile obliga a Serra a marchar a Estados Unidos. Estudia el doctorado en la Universidad de Cornell y da clases en Princeton.
En la biografía oficial, de la que se hacen eco los mayores periódicos de Brasil, se subraya que Serra es hijo de un inmigrante italiano que vendía en un tianguis y que nació y creció en Mooca, el barrio italiano del este de Sao Paulo.
Su pasado de hijo de un inmigrante y vendedor de fruta en un tianguis ha sido subrayado en la biografía oficial de Serra, de la que se hacen eco los grandes periódicos de Brasil, quizá para subrayar la diferencia con la candidata del Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff quien, según la revista Veja, vive su infancia en una casa espaciosa con tres empleados en un barrio de clase media alta
.
Francisco Chico de Oliveira, profesor emérito de la Universidad de Sao Paulo, dice que Serra siempre ocultó su origen. Ahora lo saca, pero no tiene la menor importancia política
.
Además de su formación académica, Serra, de 68 años, tiene un largo historial de cargos públicos. Tras su regreso a Brasil, luego de 14 años de exilio, ha sido diputado federal, senador, dos veces ministro, gobernador del estado de Sao Paulo y candidato presidencial, en dos ocasiones. En contraste, Rousseff nunca había buscado un cargo de elección popular.
Cuando se mira a Serra metido en sus papeles, huérfano de sonrisas, se tiende a creer que lo que dice el profesor De Oliveira es verdad: Tiene una vocación autoritaria muy grande, siempre habla en un tono doctoral y es muy antipático en lo personal
.
Un presidente no necesita padrino
Brasil puede más
, se llama la coalición electoral que encabeza Serra. Al ponerle ese nombre, el candidato pretendía indicar al electorado que su larga experiencia era la mejor garantía de continuidad, frente a la improvisada
Rousseff.
Así que en el arranque de su campaña se da el lujo de mostrarse en las pantallas de la televisión en fotografías al lado del presidente Lula, en parte para apañarse de su popularidad (80 por ciento al término de dos periodos presidenciales ayudan a cualquiera). Pero incluso dentro de su propio partido la jugada, luego abandonada, es vista como una forma de tomar distancia respecto del ex presidente tucano Fernando Henrique Cardoso, quien finalizó su presidencia en 2003 con una popularidad de 47 por ciento.
La estrategia resulta fallida y el lema Brasil puede más
se mantiene ahora en letras pequeñitas en la propaganda del PSDB. Ha sido cambiado por Es hora del cambio
.
En sus espots, huérfanos de tomas donde no sonría, Serra enumera su larga trayectoria en cargos públicos: Me he preparado para ser presidente
.
No saca más la fotografía del presidente Lula, sino trata de desmarcarse: Un presidente no necesita padrino
.
De Oliveira, quien trabajó 12 años en el mismo centro de investigación donde estuvo Fernando Henrique Cardoso, conoce bien a Serra: Es, sin duda, el más preparado de todos, pero como político es un fracaso
.
Parte de ese fracaso son sus promesas de última hora. Mientras la candidata de la izquierda habla de aumentar el salario mínimo gradualmente, para llegar a los 600 reales en 2014, Serra ofrece un incremento inmediato, además de un aumento de 10 por ciento a las pensiones y un treceavo mes a la Bolsa Familia (el programa Oportunidades brasileño). El candidato liberal enarbolando las banderas populistas, vaya.
Buscarán alianza si hay segunda ronda
En su partido ya es acusado de ser el principal responsable de una derrota histórica. Brasil corre el riesgo de convertirse en una democracia popular y Lula, de adquirir el perfil de un caudillo
, ha dicho Cardoso, quien hoy ofrece sus servicios como puente
para lograr la unidad de las candidaturas de Serra y Marina Silva, del Partido Verde y tercera en las encuestas, en caso de que Rousseff no supere 50 por ciento de los votos y haya segunda vuelta.
Ese es el debate del momento, que calienta la publicación de encuestas. Datafolha, ligada al diario de mayor circulación, da a la candidata oficialista 46 por ciento de votos, 28 por ciento a Serra y 14 por ciento a Silva. Aumenta chance de un segundo turno
, es la cabeza del diario.
Por la tarde, Vox Populi/Band/iG da a conocer sus resultados: 49 por ciento para la candidata del PT, 25 para Serra y 12 para Silva (que detiene su ascenso de los últimos días).
Los diarios y las agencias publican a lo largo del día informaciones sobre la posible segunda vuelta, aunque las mismas casas encuestadoras dan a Rousseff, tras descontar los votos en blanco y nulos, entre 51 y 55 por ciento de las preferencias.
Tanto Serra como su candidato a vicepresidente, Indio da Costa, celebran en Twitter: Datafolha: Dilma cae nuevamente: 46%. Nuestro esfuerzo es fundamental en esta recta final. Conquiste un voto para Serra 45!
Por ahora, los analistas y aun los líderes del PSDB sólo ven venir un desastre. Hasta el ex presidente Cardoso ha pintado su raya. No sólo ha estado ausente en los actos de campaña, sino que dio por hecho, en el británico Financial Times, el triunfo de Rousseff. En la revista Istoé remató al aspirante de su partido: La campaña de Serra no está en sintonía con Brasil
. Con esos amigos…